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A prision por contarlo en un diario y no al juez

Un periodista de la ciudad de Miami ha sido encarcelado por negarse a contar ante el juez detalles de una entrevista con un asesino

Esposado, como manda la ley, el periodista David Kidwell, del periódico The Mami Herald, abandonó la sala del juzgado de West Palm Beach el pasado lunes después de haber sido condenado a 70 días de cárcel y 500 dólares (64.000 pesetas) de multa por negarse a contestar preguntas relacionadas con una entrevista que había hecho en la cárcel a John Zile, acusado de matar a golpes a su hija adoptiva de siete años de edad. "Señor Kidwell, buena suerte", le dijo el juez Roger Colton al periodista después de decidir que había incurrido en desacato a los tribunales y de comunicarle la sentencia.El juez fue breve y no se molestó en rebatir los argumentos que acababa de exponer el periodista. David Kidwell, 35 años, barba, abundante cabello y gafas, defendió su conducta como una cuestión de principios: "Los periodistas no deben prestar declaración sobre las entrevistas que mantienen ni sobre las historias que escriben". Kidwell aclaró que no tiene madera de héroe y que lo que defiende es su ética profesional: "No quiero ir a la cárcel, preferiría volver a mi trabajo esta misma tarde. Pero, sea cuando sea, cuando vuelva a trabajar, tengo que estar seguro de que soy libre para investigar todos los aspectos de una noticia sin interferencias oficiales, que puedo considerarme justo e imparcial y saber que es verdad".

Después de imprimir sus huellas dactilares y vaciar sus bolsillos, David Kidwell fue esposado. El anillo de boda le fue entregado a su mujer y el reportero fue conducido a la cárcel del Condado de Palm Beach y a la misma celda que en su día ocupó Zile.

David Kidwell entrevistó en la cárcel a John Zile, de 34 anos, acusado del asesinato de su hija adoptiva, Christina Holt, en octubre de 1994. Pauline, la madre de la chica, fue también acusada de asesinato, porque estaba al lado de Zile cuando ocurrieron los hechos y no hizo nada por impedirlo. La pareja contó a la policía que Christina había sido secuestrada, pero los agentes no tardaron en localizar el cuerpo de la niña enterrado detrás de un centro comercial.

Kidwell entrevistó a John Zile semanas después de su encarcelamiento y éste le contó que estaba furioso con la niñay que "le partió la boca" y le pégó "hasta que se le puso el culo azul y negro". Zile no se ahorró detalles de la salvaje historia y habló' también del entierro del cadáver.

El acusado hizo declaraciones semejantes a la policía, pero el fiscal consideró que el relato periodístico era más completo. Sanford Bohrer, el abogado defensor -primero del diario, y luego del periodista- aconsejó al ministerio fiscal que utilizara la entrevista como prueba suplementaria. El pulso, perdió interés para la acusación, pero en mayo un jurado no pudo ponerse de acuerdo para condenar a Zile. Para el segundo juicio, que empezará el 15 de octubre, el fiscal, interesado en reforzar su exposición, volvió a interesarse por Kidwell, y de ahí la decisión del juez Colton.

En EE UU, 29 estados y el Distrito de Columbia tienen leyes escudo para los periodistas que se niegan a prestar declaración, de acuerdo con la Primera Enmienda de la Constitución, pero no es el caso de Florida. Hace tres años, hubo otra condena de 30 días de cárcel a un periodista que se negó a revelar sus fuentes. Kidwell es el primero que va a aprisión en Florida por noquerer contestar a ninguna pregunta relacionada con su trabajo.

The Miami Herald ha respaldado al periodista incluso sin compartir su negativa a declarar. Doug Clifton, director del diario, ha explicado que la empresa se resistió a la petición del fiscal. Ante las decisiones contrarias de varios tribunales, el periódico consideró que había que acatar el fallo, por discutible que fuera. Pero el periodista no quiso capitular, y aunque reconoció que la ley estaba contra él, dijo lo mismo que explicó al juez Colton sobre los principios de la libertad de expresión: "No me puedo permitir, desde un punto de vista ético, abandonar la idea de que merece la pena defender esos principios, como la ha abandonado el tribunal".

En todo caso, The Miami Herald comprende que su reportero "cree apasionadamente en principios que algunos encuentran difíciles de entender" y pagará el sueldo de Kidwell durante el tiempo que permanezca en prisión. Los compañeros que están de acuerdo con su postura se han ofrecido a pagar la multa de 500 dólares.

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