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Primer día de nueve jueces sin toga

Nueve ciudadanos anónimos -un cerrajero, una filóloga, un jubilado sin estudios, un ama de casa- se invistieron ayer de magistrados para participar en el primer juicio con jurado que tiene lugar en la Audiencia de Madrid. Si no surgen contratiempos -la primera jornada del juicio duró más de ocho horas-, deben decidir hoy el futuro de un hombre de 56 años, sentado en el banquillo acusado de matar de 21 cuchilladas a su esposa el pasado 21 de enero.

Aunque fueron nueve (más dos suplentes) los jurados finalmente elegidos, a la Audiencia de Madrid (situada en la calle de Cartagena) acudieron 25 candidatos poco después de clarear el día dispuestos a pasar el último filtro. El pasado jueves fueron recusados otros 11, ya que del sorteo inicial salieron un total de 36 posibles jurados, tal como marca la ley.

El juicio comenzó a las 10.30; y la duda sobre quiénes serían los elegidos quedó despejada dos horas después, tras someterse los 25 candidatos, uno por uno, a un interrogatorio del fiscal, Joaquín Sánchez-Covisa, y el, abogado defensor, José Antonio Moreno. Fueron recusados o aceptados en función de sus respuestas a preguntas de las partes que versaron sobre la psiquiatría y su concepto sobre las personas que delinquen presas de un estado de enajenación mental.

Los nueve miembros del jurado, más los dos suplentes, estuvieron apartados en todo momento de los flaxes de la maraña de periodistas congregados ayer en la Audiencia. Cuando no estaban en la sala, se recluían en una habitación aneja, pero sin hablar con nadie ajeno al proceso. La idea es que emitan su veredicto (lo que probablemente harán hoy) sin que nadie contamine sus ideas sobre lo que hayan visto u oído en el juicio.

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Mutismo

Cinco hombres y cuatro mujeres decidirán el futuro de un hombre que mató a su esposa

Y estaba previsto que pernoctaran anoche en un hotel madrileño, pues el juicio se reanudará hoy. No obstante, el mutismo es total y nadie de la audiencia quiso aclarar dónde iban a pasar la noche.Y si cabía que lo hicieran en sus casas. La audiencia prohibió acercarse o hablar con estos juzgadores sin togas, cuyos atuendos dejaba entrever que pertenecían a las más dispares capas sociales.Luis Sanz, el acusado, fue el primero en ser interrogado. "Todo se inició con una discusión. Vi cómo ella cogía un cuchillo de la cocina e intenté quitárselo; después no sé lo que pasó, pero sé que he destrozado mi vida, la de ella y la de mi hijo". Su hijo, de 11 años, veía la televisión en aquel momento. Sanz rememoró los "24 años de matrimonio modélico" que había pasado con su esposa: vacaciones "por toda Africa, América del Sur...". Todo fue de ensueño, admitió, hasta que su mente se pobló de extraños enemigos y comenzó a creer que su esposa tenían un amante y había sido captada por una red "de prostitución internacional".

El portero del bloque indicó que alertó a la policía luego que el hijo del matrimonio se le acercara gritando: "Luis, llame a la policía y a una ambulancia; mi padre ha matado a mi madre", recordó. El fiscal decidió no interrogar al menor.

También declaró ayer el concejal de IU en el Ayuntamiento de Madrid Luis del Val, quien abundó en las ideas delirantes y enajenadas que le expuso el acusado cuando, antes del crimen, fue en su busca para relatarle "sus problemas conyugales". Los forenses declararán hoy.

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