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Rato afianza su poder en Madrid frente a Ruiz-Gallardón

Javier Casqueiro

El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, busca tiempo y aliados para abarcarlo todo. Las cuentas del primer presupuesto estatal del PP no le obsesionan en exclusiva y, como en los últimos años, se preocupa por dejar las cosas bien atadas en la organización de Madrid, su agrupación, tanto de cara al siempre polémico momento de la confección de las listas como al decisivo de las campañas electorales.

El congreso regional que se celebrará el domingo -y que Rato clauiurará por la más que probable ausencia de José María Aznar- no será una excepción. Rato afianzará de nuevo su poder en Madrid ante la aparente desgana con que se ha tomado históricamente estos procesos intrnos el presidente autonómico Alberto Ruiz-Gallardón.

El actual presidente regional del PP, Pío García Escudero, una persona de la máxima confianza de Aznar desde su etapa al frente de la Junta de Castilla y León, resultará reelegido "no por aclamación sino a la albanesa", como señaló irónicamente un miembro de la directiva actual del PP. García Escudero acudirá avalado por más de 1.600 firmas de los 2.032 compromisarios. No tendrá rivales. En su nuevo comité, ejecutivo ha repartido los puestos equitativamente y por cupos entre los dirigentes de las instituciones madrileñas: Rato, el alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano, y Ruiz-Gallardón.

Equipo

Los tres dirigentes natos del partido en Madrid aceptaron las sugerencias de García Escudero, que incluyó algunos nombres como propios. El poder de Rato no está tanto en la cantidad de su cupo como en la calidad de sus interlocutores: ha logrado que los últimos secretarios generales del partido, desde la marcha del anterior presidente, Luis Eduardo Cortés, hayan sido siempre de su equipo. Sucedió primero con Ignacio del Río, luego con José Manuel Fernández Norniella y ahora con Ricardo Romero de Tejada.Cortés sí fue un apoyo claro para Ruiz-Gallardón. Pero se le alineó con la vieja guardia del PP -pese a proceder de UCD- y cayó cuando Aznar impulsó el primer proceso de renovación del partido que ahora debe consagrarse. Cortés, que ya no tendría que permanecer en el comité ejecutivo, continuará en ese órgano pero fuera de los puestos clave. Como casi todos los baluartes de Ruiz-Gallardón.

Los hombres de Rato, sin embargo, coparan la nueva estructura. Fernández Norniella, secretario de Estado de Comercio con Rato y su estratega en las campañas, será nombrado coordinador del partido con cargo adjunto directamente al presidente.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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