CAMPAÑA MUSICAL
Apagados los ecos de Macarena, continua la musical batalla electoral norteamericana. El candidato republicano en la carrera presidencial de Estados Unidos, Robert Dole, ataca con frecuencia tanto a Hollywood como a la industria musical por sus imágenes y lenguaje "peligrosamente subversivos". Pero acaba de perder su primera batalla musical cuando tuvo que dejar de poner en sus mítines políticos una famosa canción con unas palabras cambiadas. Soul Man de Sam & Dave fue un éxito mundial en 1967 y ganó un Grammy. Los jefes de su campaña hicieron la versión Dole Man, para que miles de republicanos pudiesen cantar "I'm a Dole man" en vez de "I'm a soul man". Pero el conocido coautor de la canción, Isaac Hayes, se puso furioso. "No soy republicano. Poner esta canción puede dar la impresión de que Isaac Hayes apoya al senador Dole, y no es así", insiste Hayes. Al principio, la campaña Dole argumentó que Dole Man era una parodia política, y como tal protegida por un fallo del Tribunal Supremo en 1994. Pero Dole se dio por vencido cuando la editora y el propietario de Soul Man, Rondor Music y Wamer/ Chappell Music, insinuaron que iban a emprender acciones judicales.-
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