Un hervidero a fuego lento
El Circulo de Bellas Artes se prepara para su nueva etapa como centro de la cultura madrileña
Hay en el Círculo de Bellas Artes un equipo de, hombres especializado en el transformismo: son los responsables de que pueda celebrarse una mesa redonda sobre los derechos de autor en el cine en la misma habitación en la que poco antes se ensayaba La raya en el agua, el espectáculo musical con el que comenzó el Festival de Otoño el pasado día 26 y con el que se inauguró también el teatro de esta institución que llevaba varios años cerrado. Estos hombres, los componentes del equipo de mantenimiento del Círculo de Bellas Artes, son de vital importancia para un centro que presume de "versatilidad" y de "institución pluridisciplinar": las seis plantas de este histórico edificio albergan talleres de danza oriental junto a coloquios, presentaciones de libros o las multitudinarias fiestas de Carnaval.Además de conseguir transformar sus espacios y salas en poco tiempo, la dirección del Círculo también quiere cambiar los aires de esta institución privada con 150 años de vida y una grave crisis económica que la ha empañado los últimos tiempos. Todo apunta a que comienza una nueva etapa: "El Círculo de Bellas Artes se prepara para enfrentarse al próximo milenio". Lo afirmaba ayer César Antonio Molina, director de esta institución desde el pasado junio. Y añadía que todo lo que hace la nueva dirección es para que sobreviva un siglo más. Y el presidente, Juan Miguel Hernández de León, lo ratifica: "Ha cambiado la idea de pesimismo que rodeaba esta institución. Ahora hay un nuevo mensaje". En otra época fue un hervidero cultural. Los que se ocupan de él quieren que vuelva a serlo.
Pero ¿qué va a cambiar en el Círculo de Bellas Artes ahora que el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha anunciado que será el gran centro cultural de la región? Para las decenas de personas que ayer por la mañana paseaban por el vestíbulo de su edificio de momento no ha cambiado casi nada: sigue habiendo mesas redondas, exposiciones, talleres de dibujo, de pintura, presentaciones de libros, ruedas de prensa, sala de billar, conciertos...
Sin embargo, los responsables del centro afirman que ya se ha notado un cambio radical: el patrocinio. Más que nunca, las empresas muestran interés y se vuelcan en actividades puntuales de esta institución. "Ha nacido una conciencia de apoyar al Círculo", dice el director. Un dato a tener en cuenta: una importante empresa de seguros ha anunciado recientemente su disposición a asegurar todo el patrimonio del Círculo, incluida su sede de la calle de Alcalá. Por eso, ya se habla de la "idea de resurgimiento".
El cine era ayer el protagonista del Círculo. La mayoría de los que circulaban por él llevaban cámaras de foto o vídeo: eran los asistentes al ciclo Madrid imagen, que se celebra en esta sede desde el pasado domingo y que durará hasta el próximo sábado. Será una semana en la que habrá seminarios, coloquios, mesas redondas o proyecciones de vídeos y películas. Todo esto lo ha organizado la Asociación de Directores de Fotografía, que ha logrado reunir en la calle de Alcalá a profesionales de varios países. Ésta es una de las actividades a las que se llama en el Círculo "exteriores": porque no están organizadas propiamente por la institución, pero se celebran en su sede.
También fue una actividadexterior la del pasado martes en que el presidente regional, Ruiz-Gallardón, recibíó a los atletas olímpicos madrileños que han participado en los Juegos de Atlanta. En este caso la organización corría por cuenta de la Comunidad de Madrid, la misma que se ha comprometido a aportar 200 millones de pesetas anuales al Círculo. El Ayuntamiento de Madrid participa en el mantenimiento del Circulo con 15 millones, y el Ministerio de Cultura sólo participará económicamente en actividades puntuales. El Círculo genera también ingresos, según comentaba ayer su director. Entre otros, las cuotas de 2.000 pesetas mensuales que deben pagar sus 6.000 socios, las cien pesetas que pagan "los socios por un día" y el alquiler de las salas.
Además de profesionales del cine, había ayer en el Círculo unas 25 personas que disfrutaban de su biblioteca. Unos, los mayores, leían periódicos. Había estudiantes preparando trabajos y gente que leía alguno de los 33.000 volúmenes que guarda esta biblioteca, de la que, como la mayoría de los servicios que ofrece el Circulo, sólo se pueden aprovechar los socios. Y ser socio del Círculo es tan sencillo como pagar 1.500 pesetas de cuota inicial, 2.000 por mes y entregar tres fotografías. Ser socio da derecho también a participar en los talleres, 0 usar las salas de juegos. Los que no son socios pueden asistir a las exposiciones, mesas redondas o coloquios pagando 100 pesetas. El tan hablado problema de la deuda también está en vías de solución. El presidente, Juan Miguel Hernández de León, afirmó ayer que la deuda hipotecaria, que la institución mantiene con Argentaría, se liquidará en cinco años gracias a un acuerdo con esta corporación bancaria en 10 años. Se condonará la deuda a cambio de la cesión de la sala Fernando de Rojas para actividades culturales de Argentaria durante tres meses al año. El festival de teatro de esta corporación que comienza el próximo 16 es el primer fruto del acuerdo. Para solucionar la deuda con Hacienda y con la Seguridad Social se ha pedido un aplazamiento. En cinco años estará saldada si el Círculo paga una cantidad todos los mes.
El Círculo no es ajeno a las nuevas tecnologías y al cambio de mentalidad. "A lo mejor sevidades para las que la gente no necesitará acudir al Circulo", dice Molina. Entre los planes para el futuro, disponer de una página en Internet. Para el año que viene se habla de informa tizar la biblioteca. Pretenden aumentar las actividades y la participación, sobre todo de niños. Quieren recuperar es pacios, como el teatro recién inaugurado. Y La Pecera, su cafetería, ya ofrece un menú.
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