España y Cuba seguirán dialogando pese a sus hondas divergencias
El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, confirmó ayer que sigue habiendo "profundas diferencias" entre los Gobiernos de España y Cuba en cuanto al contenido y al ritmo de las reformas del régimen cubano, pero señaló que hay un acuerdo "sobre la conveniencia de que se continúe el diálogo crítico" entre los dos países después de mantener una reunión de casi dos horas de duración con su homólogo cubano, Roberto Robaina.
El titular de Exteriores desayunó con Robaina gracias a una labor de buenos oficios del canciller mexicano José Angel Gurría. Matutes restó importancia a la insólita situación de necesitar un intermediario para celebrar un encuentro con el ministro cubano: "He dicho siempre que soy partidario del diálogo. No había solicitado entrevistarme con Robaina, pero tampoco lo había descartado. Justamente se ha producido una invitación a un desayuno de mi colega ( ... )de México que yo he aceptado. Si el propio señor Robaina me hubiera pedido esa entrevista, también la hubiéramos tenido".Matutes no se ha entrevistado con Robaina en ninguna de las escalas que el ministro cubano ha hecho en Madrid en los últimos meses porque, explicó, no tuvo constancia de esos tránsitos. En el desayuno se hizo un repaso a las relaciones hispano-cubanas y la situación en Cuba, "al igual que hemos mantenido y seguiremos manteniendo conversaciones con la oposición cubana, tanto la interna como la que está en EE UU", señaló el ministro.
Constató el alejamiento de posiciones al decir que del mismo modo que a España le parecen insatisfactorias las tímidas y escasas reformas emprendidas" por Castro, es lógico que a éste "no le parezca bien la posición del Gobierno español". Robaina mantuvo un tono algo más optimista: '"Lo importante es que el diálogo no esté roto", señaló a la salida del desayuno, e insistió: "La actitud de diálogo y el mantenimiento de la comunicación, aparte de nuestras diferencias, es lo que debe continuar".
El jefe de la diplomacia española pronunció poco después de su entrevista con su homólogo cubano su tradicional discurso anual ante la Asamblea General de la ONU, en el que destacó el avance del Estado de, derecho en Centroamérica pero omitió poner a Cuba en la picota por la falta de libertades.
A diferencia de otros oradores de la Unión Europea, Matutes no criticó la ley Helms-Burton, que permite a EE UU sancionar a empresas extranjeras que inviertan en Cuba, un país en el que España es el primer inversor europeo. Hizo, eso sí, un encendido elogio de la labor de Butros Butros-Gali al frente de la ONU pese a que Washington impedirá que siga en el cargo.
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