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El abandono de Anchuras obligará a perpetuar el campo de tiro de Bardenas

Miguel González

La abrupta decisión del presidente del Gobierno, José María Aznar, de cancelar el proyectado campo de tiro de Anchuras (Ciudad Real), zanjando en favor de la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, su polémica con el titular de Defensa, Eduardo Serra, obligará a prorrogar indefinidamente la existencia del polígono de Las Bardenas Reales (Navarra), que los expertos militares consideran "inadecuado e inseguro" por sus condiciones climatológicas y geográficas.

A principios de esta década, el Ejército del Aire tenía tres campos de tiro: Bardenas Reales (Navarra), Caudé (Teruel) y Anchuras (Ciudad Real), aunque este último no pasó de proyecto. Ahora, corre el riesgo de quedarse sin ninguno.El polígono de Caudé se cerró por sus escasas dimensiones (893 hectáreas) y el de Anchuras se ha abandonado, lo mismo que ocurrió con su frustrado precedente, Cabañeros, por razones políticas y ecológicas. Salvo que se opte por dejar a la Fuerza Aérea sin campo de tiro, lo que obligaría a los pilotos españoles a entrenarse en el extranjero, a Defensa no le queda más alternativa que prorrogar el alquiler de Las Bardenas Reales (Navarra), que expira el año 2001.

Precisamente, el argumento que daban los anteriores responsables de Defensa para no renunciar a Anchuras, aunque en los últimos años no se han hecho las inversiones necesarias para ponerlo en marcha, es la incertidumbre del futuro de Las Bardenas.

A diferencia de lo que sucede en la localidad manchega, los terrenos donde se ubica el campo de tiro navarro no son propiedad del Ministerio de Defensa, sino de la Junta General de las Bardenas Reales, que agrupa a 19 municipios de la comarca, los valles pirenaicos de Roncal y Salazar y el monasterio de la Oliva. En 1951, el Ejército del Aire alquiló por 25 años el polígono de Bardenas y, en 1975, hizo uso de la cláusula que le

permitía prorrogar dicho contrato por 25 años más, aunque el precio del alquiler pasó de 20.000 pesetas anuales a casi siete millones.

El problema radica en que el contrato vence definitivamente en el 2001 y, a la vista de las opiniones expresadas por los partidos navarros, no es seguro que se pueda prorrogar la existencia del polígono, ni siquiera aumentando de nuevo el alquiler.

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Cuando, en 1983, el Ministerio de Defensa compró en secreto la finca de Cabañeros (Ciudad Real) por unos 800 millones, el polígono de Bardenas estaba saturado, ya que era el lugar de entrenamiento habitual de los cazas de EE UU desplegados en Europa Occidental.

Tras la retirada norteamericana de las bases de Torrejón de Ardoz (Madrid) y Zaragoza, así como de buena parte de sus efectivos en el viejo continente, el polígono de Bardenas está infrautilizado y, en opinión de los expertos, resulta más que suficiente para atender las necesidades de la Fuerza Aérea española.

Los mismos expertos subrayan, sin embargo, que el polígono de Las Bardenas no es el más idóneo. Se aduce su reducido tampaño, 2.207 hectáreas, frente a las 6.750 que debía tener Anchuras o las 16.000 del polígono de Cabañeros. Además, situado en la mitad septentrional de la Península, cuenta con menos horas de sol y peores condiciones climatológicas que las dos alternativas hasta ahora barajadas.

Su localización obliga a los aviones procedentes de Morón (Sevilla), Talavera la Real (Badajoz) o Los Llanos (Albacete) a repostar en Zaragoza cuando se desplazan a entrenar a Bardenas, con el consiguiente aumento de gastos.

Finalmante, pero no menos importante, el tránsito de casi 60.000 cabezas de ganado mantiene en la zona una nutrida colonia de buitres, causa de frecuentes accidentes. Las fuentes consultadas consideran inviable la búsqueda de un nuevo emplazamiento, tras los fiascos que se han producido en Cabañeros y Anchuras.

La decisión del Gobierno, agregan, aboca al Ministerio de Defensa a malvender las 4.189 hectáreas adquiridas en Anchuras -que ya tuvo que pagar al sobreprecio político de permutar 1,8 hectáreas en Cabañeros por cada hectárea de Anchuras- y a renegociar, en condiciones de debilidad, la prórroga de Bardenas, siempre que los propietarios estén dispuestos a ello.

Respuesta de Tocino

El Ministerio de Medio Ambiente devolvió ayer a Defensa la patata caliente del polígono de tiro para el Ejército del Aire, alegando que no es de su competencia la búsqueda de un emplazamiento alternativo a Anchuras."Quien quiere poner un campo de tiro es Defensa, no Medio Ambiente", indicaron fuentes del departamento de Isabel Tocino, quien a su condición de ministra une la de diputada por Toledo, provincia donde se encuentra geográficamente Anchuras, aunque administrativamente pertenezca a Ciudad Real.

Tocino declaró ayer que, después de que el ministro Eduardo Serra manifestara en el Parlamento su propósito de seguir adelante con el campo de tiro de Anchuras, le telefoneó para explicarle que "los valores ecológicos y medioambientales están por encima de los intereses del Ministerio de Defensa".

El propio Serra restó ayer importancia a la desautorización pública que sufrió por parte del presidente Aznar. "El único problema han sido los diferentes ritmos en las declaraciones", dijo en Bergen (Noruega). "No hay desacuerdo, no puede haber enfrentamiento entre el presidente del Gobierno y su ministro, porque los ministros estamos a las órdenes del presidente", agregó.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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