Cascos y Pujol archivan los viejos agravios

Adversarios anteayer, hoy aliados, Francisco Álvarez Cascos, vicepresidente primero del Gobierno, y Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña, no se conocían personalmente. Ayer pusieron fin a ese desconocimiento con un almuerzo en la residencia oficial de Pujol. Cuando los periodistas recordaron al líder de CiU los duros ataques que había recibido de su invitado, el presidente respondió: "Eso está archivado". Alvarez Cascos viajó a Barcelona para asistir a la inauguración del salón internacional del libro Liber 96. Pujol explicó que había aprovechado la ocasión para invitarle y trabar relación directa. "No le busquen más explicaciones a este encuentro, porque no las hay", aseguró Pujol. Durante el almuerzo, explicó, se habló de muchas cosas, entre las que destacó Asturias, tierra natal del vicepresidente, por la que Pujol siente gran aprecio. Aprovechó la ocasión para pedirle "que haga pedagogía" sobre Cataluña más allá del Ebro.El momento político para este acercamiento es especialmente propicio. El Gobierno del PP y CiU han dado estos días pasos decisivos en la aplicación de su pacto de gobierno. Además, Álvarez Cascos ha tenido un papel decisivo en la defenestración como presidente del PP de Cataluña de Aleix Vidal-Quadras, un adversario declarado de Pujol. Como si, quisiera acompañar este instante con una música de fondo agradable, el portavoz del PP en el Parlamento autonómico, Josep Curto, que probablemente sustituirá a Vidal-Quadras en la presidencia del grupo de diputados, aseguró ayer en una entrevista radiofónica: "[Pujol y CiU] pueden estar tranquilos y gobernar con todas las condiciones y con la amplitud que convenga porque nosotros mantendremos el pacto y la responsabilidad de dar estabilidad política en Cataluña". Curto afirmó que mientras él esté en el grupo del PP y tenga la confianza de sus diputados, "no habrá la más mínima fisura que ponga en peligro el pacto con CiU en todo el Estado".