Cumpleaños con goles

Nunca tuvo Ronaldo un cumpleaños más feliz. 20 años comenzaron a contemplarle ayer y al fichaje más caro que conoció nunca el fútbol español le dio por celebrarlo. Se encontró el Barca, a la sombra de un diluvio y sobre su nuevo césped, con un complicado rival, la Real Sociedad. Resolvió trabajosamente el envite (3-2). Y lo resolvió al son de sendas genialidades del brasileño, autor de dos goles, el segundo de ellos de museo, lo que le agradeció el Camp Nou con una pañolada.Se puso serio el Barça cuando peor le iban las cosas. Le ayudó a ello que De la Peña, el jugador español que más está pagando aquello de la mejor Liga del mundo, abandonara el banquillo cuando aún quedaba tiempo para cambiar el signo de un partido que era de la Real.

Se ha ido a lo más alto el cuadro de Robson, acompañando al líder, el Betis, que acudió a Balaídos para amargarle a Revivo el Yom Kipur (0-2). Esta vez ni siquiera hizo falta que aparecieran las estrellas del conjunto verdiblanco. Alexis y Olías resolvieron el supuesto conflicto, mientras el aficionado céltico miraba al cielo rogando que el sol tardara en ponerse. Y tardé. Revivo disputó los 90 minutos, pero sirvió de poco.

Como de costumbre, en las alturas de la tabla no falta el habitual intruso. Es el Oviedo de Lillo, que aprovechó su visita a Almendralejo para prorrogar su sueño. Ganó con cierta facilidad, 0-2, ante un rival que en cuatro jornadas no ha saboreado un mísero empate. El Extremadura es el más pobre entre los pobres y de tal ejerce. Como lo hace el Hércules, otro recién ascendido, que cayó fulminado en Riazor (4-0) ante un Deportivo que ya demuestra el verdadero valor del talonario de su presidente. Rivaldo volvió a encandilar, amén de lograr dos goles. Martins y Martín Vázquez, que reaparecía, completaron el festín.

Quien no lo pasó igual de bien fue el Real Madrid, un club que parece darle una enorme importancia al aspecto estético de sus jugadores, y de los huéspedes del palco del Bernabéu, pero que no arranca allá en el césped. Ganó al Rayo (1-0) porque es mejor, mucho mejor. Pero lo hizo con pena, presentando el legañoso aspecto que le invadió hace tiempo. Raúl salvó los muebles con su gol, como ya es costumbre.

Pese al hastío que su fútbol provoca en el aficionado, que no en Capello, que volvió a sentirse satisfecho de todo y de todos, el Madrid no pierde comba. Tampoco lo hace el Sporting, que se deshizo del Zaragoza (2-0) al ritmo que impusieron sus dos rusos, Nikiforov y Lediakhov, y merced a los goles del primero de ellos y del de siempre, de Salinas.

La jornada dejó grabadas más cosas, además de la fantasía de Ronaldo. Dejó, por ejemplo, la exquisitez de Kiko en Logroño. Y para el recuerdo quedará también el apretón de manos más esperado, el que le dio Romario a Luis tras conseguir el gol del triunfo.