De verdad, no es pasión
Notable mejoría. El Barça mejora sus actuaciones precedentes. Durante el primer tiempo se muestra ágil y más coordinado. Aprovechan los espacios que deja la Real para crear peligro, aunque no demasiado. Defensivamente se muestra muy sólido. En la segunda la Real se desplegó y bien pudo dar la vuelta al marcador. Los jugadores del Barça desaparecieron ahogados. El mismo Ronaldo sólo emergió cuando Iván entró.Sincronización. Es imprescindible que la presión en el centro del campo sobre el balón sea rápida y sincronizada con la última línea. Adelantarse cuando el poseedor del balón lo tiene controlado y en disposición de jugarlo es peligroso. En los goles tanto Figo como De la Peña tienen tiempo para pensar y enviar el pase preciso.
La Real. Cambió totalmente en la reanudación. El agua refrescó sus ideas en la medida que al Barça se le secaban. Si Mutiu hubiera estado inspirado, en el remate la Real no hubiera perdido. Conociendo a Irureta seguro que le tendrá toda la semana practicando este aspecto. Cuando mejor estaba jugando apareció Sergi y Pizzi. Alberto también colaboró. La entrada de Iván acabó con sus aspiraciones.
lván de la Peña. Es curioso que parece estar disponible sólo cuando las cosas no van bien. Con lo adelantada que estaba la defensa de la Real, su clarividencia para ver y pasar el balón a los espacios libres hubiera hecho mucho daño. Lo demostró en cinco minutos. Hasta Ronaldo volvió al partido. De verdad, no es pasión.
El asistente. Un 10 para el asistente que no levantó la bandera en los goles de Ronaldo. Estamos hartos de ver, eso sí en televisión, cómo ante la duda tienen una especie de resorte en el brazo que anula la mayoría de estas dudosas jugadas.
Hace falta saber si lo harían en otro campo.
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