Menos ventas, mas ruidos
Un quiosco convertido en isla forzosa, un oasis rodeado por máquinas devoradoras. El puesto de periódicos de José Abascal semiesquina a Miguel Ángel (Chamberí) permanece sitiado por zanjas, vallas y maquinaria pesada. Desde abril, las obras del metro atruenan los oídos de los vendedores y de los menguados clientes. "Vendemos un 60% menos que antes", afirma uno de los miembros de la familia Montes, que regenta el establecimiento desde hace 40 años.Menos ventas y muchísimo ruido: los pitidos de los coches, que deben estrecharse en tres carriles junto al quiosco; los martillos neumáticos de los obreros que levantan el pavimento; el zumbido de las excavadoras. Decibelios aparte, venir a comprar el periódico desde el paseo de la Castellana obliga a sortear un laberinto de vallas y angosturas.Desde que comenzaron las obras de unión de las líneas 8 y 10 del metro, en abril, los Montes soportan un infierno diario. Pero pronto será un purgatorio: esta previsto el traslado inminente del quiosco al tramo comprendido entre Zurbano y Fernández de la Hoz. Los obreros tienen que horadar el espacio que ahora ocupa el puesto de prensa."Arriba tendremos menos ruido, pero no sé si la clientela, que tanto cuesta ganar, subirá hasta allí sorteando obras", se planteaba el miércoles uno de los Montes. Dentro de dos años, los 5.000 millones de la obra dejarán el quiosco mucho mejor comunicado. Pero no es un consuelo. "Nadie nos indemniza por las pérdidas. Vivimos del día a día, no del futuro", dice el quiosquero.
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