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Tribuna:FÚTBOL TERCERA JORNADA DE LIGA
Tribuna
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EL CUADERNO DE ANDAR POR CASA

Jorge Valdano

El talento no tiene prisa. Un amigo portugués ajeno al fútbol profesional le encontró el signo diferencial a Vitor Baía: "Nadie recibe los goles con tanta elegancia", me dijo. Cierto. El jugador de talento atraviesa con serenidad cualquier situación. Es una seguridad profunda que vence a la presión y al error. Lo escribiré invirtiendo la teoría: cuando vea un jugador de soluciones heroicas que se pasa el partido discutiendo con su propio sistema nervioso, desconfíe. Aunque esa tarde todo le salga bien. El jugador de categoría vive al acecho, a la espera del momento. Está relajado y, de pronto, conecta con la quinta velocidad (mental) para encontrar una solución a la medida de la dificultad. Nunca un movimiento en falso ni un gesto inarmónico ni una decisión cómoda: ven más allá, eligen los atajos y, entonces sí, usan la técnica como herramienta. Piensen en cualquier grande y me darán la razón: Rivaldo, Giovanni, Suker, Romario, Kiko... ninguno tiene prisa.La invasión del territorio. Cuando Fernando Redondo debe compartir. el lugar del medio centro con un compañero tiene un modo gráfico de quejarse: "Es como si me taparan un ojo". Guardiola tiene una motita en los dos ojos. Pep, brújula en mano, se encarga de descongestionar el juego del Barcelona. Evita los problemas llevando el balón a los sitios más despejados (siempre hay lugares por donde puede pasar un balón), suavemente, sabiamente, serenamente. Para protegerlo de no se sabe qué peligros le ponen un guardaespaldas (Popescu) que siempre anda por el medio y se convierte en un obstáculo más. Guardiola asegura la distribución y Popescu la consistencia, dicen los sensatos. Yo creo que el Barcelona sólo encontrará su estilo cuando elija entre uno de los dos. No es una elección menor. Proteger los millones. El fútbol está en medio de una grosera contradicción: se gastan miles de millones en jugadores y se los pone al servicio de ideas represivas. El árbitro tiene que, elegir entre los creadores y los destructores; sólo me queda desear que no se conviertan en un enemigo más del fútbol que le gusta a la gente. Todo contribuirá a la fricción: nadie puede perder y eso provocará tensiones tremendas, el pressing es sinónimo de modernidad y eso conduce al choque, a las faltas tácticas ya se las conoce como faltas inteligentes... Es inútil pedir calma a los protagonistas porque en el guión está el matarse por el equipo y todos los derivados. No se trata de mala intención. Fresi es un defensor del Inter al que se le venía acusando de escaso espíritu guerrero, en el primer partido del campeonato italiano se presentó en sociedad rompiéndole la pierna a Stroppa, delantero del Udinense. ¿Se le considerará ahora un jugador completo? El agresor declaró que no quiso hacerle daño... César Luis Menotti encontró el símil adecuado para estos casos: "Si uno va por la calle a 200 kilómetros por hora no significa que quiera matar a nadie. Pero tiene que entender que así no se puede circular por la vía pública porque está prohibido y porque, a su pesar, puede matar a alguien". El inspector de tráfico, el juez y la policía de la cancha es el árbitro y en su deber está el cuidar la salud de la población y la entrada, cara, que pagan los espectadores.

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