"Escarnio para los madrileños"

V. G. O. José Miguel Rueda cree que el cambio de opinión del codirector Manuel Retuerce (según Patrimonio, iba permitiendo la destrucción de todo, hasta que llegó a la fachada) se debió a su enfrentamiento con su compañera Esther Andreu. Rueda se refiere a que Andreu entregó un informe favorable a la demolición sin la firma de Retuerce. Cuando éste se enteró, entregó el suyo, en el que abogaba por la conservación in situ.

Preguntado Rueda por qué no consultó con un experto independiente ante las discrepancias de los dos arqueólogos, dice: "No tenía sentido. Los dos estaban de acuerdo en que era la Casa del Tesoro. En lo que discrepaban era si debía ser o no conservada. Pero hicimos un esfuerzo más: estudiamos si la fachada podía ser conservada. Los resultados fueron: la fachada quedaba colgada a media altura en el sótano primero del aparcamiento y, encima, su cara principal de frente a una pared. Si la hubiéramos dejado, habría sido un escarnio para los madrileños.

Por su parte, Manuel Retuerce replica: "Es cierto que propuse salvar la fachada de la Casa del Tesoro al final de las excavaciones. Pero no por capricho, como insinúan, sino porque era lo más valioso. En las excavaciones son los restos los que deciden. No tengo la culpa que lo valioso saliese al final. Eso les hubiera gustado a ellos, para poner la guinda al pastel. He actuado profesionalmente y conforme a mi conciencia".

Retuerce rechaza que el hecho de que Andreu entregase un informe sin su firma haya sido la causa de que él presentase otro dispar. "No actúo así nunca. Redacté mi informe, porque creo firmemente que debía ser conservada. Lo que el puenteo de Andreu provocó en mí fue mi dimisión, no una rabieta y un informe contradictorio. Decir eso es ridículo".