Tasas, costas e ínsulas
El tema de las tasas del agua y las autovías parece que ha pasado e la fase del sondeo a la de paciente mentalización. Se dice que para que no haya diferencias teritorriales es bueno que las autovías tengan un canon para contribuir al mantenimiento de toda a red de autopistas. También se dice que ciertos lugares gozan de un precio del agua tan bajo que en vez de fomentar su aprovechamiento favorece el derroche. Tratar de igualar el precio del agua entre comunidades permitiría recaudar para financiar trasbases.No se dice, por ejemplo, que se disfrute del agua barata es de as pocas ventajas que precisamente tienen algunos territorios. En la provincia de Orense, donde abunda el agua, los salarios de los trabajadores de cultivos de invernadero son de sonrojo con respecto a otras comunidades. Se olvida que las transferencias de los emigrantes de las regiones pobres y el ahorro que captaban sus entidades financieras han fluido para capitalizar el desarrollo de las áreas más ricas del Estado. No se dice que las autopistas surgieron con una participación de capitales privados, el negocio de ciertas oligarquías, en tanto que las autovías surgieron como uno de los logros políticos de los últimos gobiernos con cargo a presupuestos ya vencidos, y sobre trazados ya existentes en algunos casos, por tanto, sin alternativas. Se puede argumentar que las autovías se han financiado con el déficit público, por tanto, mientras no se amortice la deuda pública podía ser un capítulo pendiente; pero se puede replicar que pendientes también se pueden. considerar los gastos de las autonomías que han incrementado las retribuciones salariales de ciertos cuerpos autonómicos para ganar clientela política ciertos partidos.
El tema permite especular en todos los sentidos, y entrar en otras competencias que pueden devengar tasa. Las costas suponen. una entrada de ingresos por sus áreas portuarias; para los territorios interiores usar las infraestructuras portuarias de las autonomías que asuman esa competencia sólo comportará gastos.
Ante esta perspectiva de futuro, los que tienen que hacer una profunda terapia de mentalización son los españoles insulares, que tienen que pagar: a) la "operación barco" para disfrutar de las aguas de los ríos del Estado; b) el uso de instalaciones portuarias y, c) desembolsar 36.000 pesetas de transporte marítimo para poder utilizar las autopistas y autovías peninsulares. Los ciudadanos de Baleares corremos el riesgo de convertimos en personajes quijotescos de la Insula Barataria. -
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