Ni distintos ni distantes

"Los periodistas deben alojarse en hoteles distintos y distantes" de donde se hospede el presidente, afirmó en la recepción de un hotel de Caracas, en octubre de 1990, Nicolás Martínez Fresno, entonces director general de Protocolo de La Moncloa. Parafraseó al ex presidente Calvo, Sotelo para mostrar su malhumor por que, por un error, la prensa compartió alojamiento con Felipe González.Los periodistas que cubrían las visitas de González al extranjero rara vez viajaban en el avión presidencial. En las ciudades que visitaba eran instalados en hoteles diferentes y, a veces, muy alejados.

El Gobierno del PP desea agradar a la prensa y ha modificado esos hábitos. En Rabat, en mayo, o en Santo Domingo y en México ahora, los periodistas han compartido hotel, aunque Aznar se ha alojado, eso sí, en otra planta. En los vuelos largos han sido invitados a viajar en el vetusto Boeing 707 de la Fuerza Aérea, algo más incómodo que un vuelo regular, pero con mejor servicio de comidas. "Si no se acreditan demasiados periodistas intentaremos seguir dando estas facilidades", señala un miembro del séquito.

Cuando González, excepcionalmente, acogía a los informadores en su avión no siempre pasaba a saludarlos, y, cuando lo hacía, decía simplemente: "Me alegro de veros". El martes, en la base de Torrejón (Madrid), Aznar saludó uno por uno a sus acompañantes antes de despegar, y durante el vuelo volvió a hacerlo. Se interesó por sus lecturas y sus vacaciones, pero sin abordar asuntos políticos.

Ana Botella, su esposa, siguió su ejemplo, algo que nunca hizo Carmen Romero las pocas veces en que viajó con González. La esposa de Aznar departió ante todo con otras mujeres y con el enviado especial de Hola, publicación que por primera vez envía a un periodista a un viaje del presidente, si bien lo que de verdad le interesa son las actividades de su cónyuge.