Vidal-Quadras se niega a informar a la cúpula del PP si seguirá al frente del partido en Cataluña
Aleix Vidal-Quadras, el presidente del PP catalán, ofreció ayer en Madrid, la triste imagen del abandonado a su suerte. El político que en los últimos seis años ha sido el azote de los nacionalismos, y en especial de CiU, no claudica de sus ideas, pero aún no ha aclarado su futuro. En la sede central del partido, Vidal-Quadras se negó a comunicar al coordinador general del PP, Ángel Acebes, si se presentará o no a la reelección en el próximo congreso regional del 28 de septiembre. Se reservó una decisión que tomará en "dos o tres días" según ha anunciado a sus colaboradores.
Vidal-Quadras se desplazó a la sede central del PP para defender su modelo político y a quienes le han apoyado, y en busca de una manera digna de abandonar la primera línea del partido.La crisis se desencadenó el 6 de agosto, cuando el dirigente popular criticó, en una conferencia pronunciada en Santander, "la naturaleza patológica del nacionalismo identitario" y "su endeblez intelectual y morbilidad ética", en clara alusión a CiU, formación que respalda a los populares en el Gobierno central. Ayer aseguró a Acebes que su "conferencia teórica" de Santander es perfectamente compatible con el apoyo expreso del PP a los Presupuestos de la Generalitat.
Su empecinamiento en entrevistarse con José María Aznar tenía como objetivo pactar una salida para aquellos de sus colaboradores que se han manifestado públicamente en su favor, y también acordar su permanencia como diputado en el Parlamento catalán y como senador en Madrid. Sin embargo, ayer no repitió su exigencia de que sea Aznar -que mañana emprende viaje a la República Dominicana y México, de donde regresará el domingo- quien le pida personalmente que renuncie.
Fuentes próximas a Vidal-Quadras consideran que no insistió en su demanda, que días atrás era, irrenunciable, porque ha asumido que es imposible fijar una cita a corto plazo, sobre todo por el viaje de Aznar al extranjero. En el encuentro de ayer, Acebes tampoco le exigió expresamente su salida del Parlamento catalán y, en consecuencia, del Senado.
El presidente del PP catalán había apalabrado la entrevista con Acebes a las once de la mañana, tomó un avión en Barcelona a las cinco de la tarde, y entró solo y cabizbajo en la sede del PP, en la calle Génova de Madrid, después de las 18:30.
Vidal-Quadras pretendía explicar al coordinador general del PP su posición, que ya le adelantó el pasado jueves, cuando Acebes le informó de que la dirección había perdido la confianza en él, y esperaba hallar una solución para el PP catalán. Es un partido dividido entre quienes sostienen los mismos criterios vigilantes ante el nacionalismo de CiU que antes de las elecciones del 3 de marzo, liderados por Vidal-Quadras, y los que opinan que los resultados electorales obligan a una posición más dialogante, respaldados por la dirección nacional.
A la salida de la cita con Acebes, tras dos horas y cuarto de "amplia discusión", como él mismo la catalogó, Vidal-Quadras no quiso revelar si se presentará o no a la reelección. Sus colaboradores más próximos, con los que habló anoche, no tienen claro qué va a hacer, si bien predomina la convicción de que el, dirigente catalán es consciente de que no seguirá a partir del congreso regional.
Por lo pronto, se reserva la decisión para tomarla y, anunciarla él. Ayer puso énfasis en un punto de su ideario: la lealtad y la disciplina. Señaló que orientará todas sus decisiones futuras "en bien del partido, en la lealtad sin reservas a su presidente y en el absoluto mantenimiento de la disciplina".
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