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El general Lébed regresa a Moscú para consultar a Yeltsin el futuro estatuto político de Chechenia

Pilar Bonet

Alexandr Lébed, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, interrumpió ayer sus conversaciones con los independentistas en el pueblo de Nóviye Ataguí y regresó a Moscú para "mantener consultas jurídicas" y obtener el visto bueno del presidente ruso, Borís Yeltsin, con el fin de poder retornar a Chechenia para firmar el acuerdo político. Ésa es la clave. Los chechenos no quieren renunciar a la independencia. El primer ministro ruso, Víktor Chérnomirdin, reiteró ayer que será "el pueblo" quien decida después de un cierto tiempo, pero que antes es necesario pacificar la región.

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Lébed era esperado ayer por la mañana en la casa del rico empresario checheno donde se había entrevistado el día anterior con Aslán Masjádov, el jefe del Estado Mayor de las fuerzas separatistas. Pero el general ruso se negó a reanudar las conversaciones sin antes obtener la aprobación del Kremlin sobre algunos puntos conflictivos no especificados del acuerdo.En Moscú, el primer ministro declaró crípticamente en televisión que "la cuestión a debatir no es sobre Chechenia en el seno de Rusia. El asunto es cuándo y cómo. Es ahí donde se puede encontrar un solución, que existe. Durante algún tiempo no habrá que llevar esta cuestión al orden del día, no habrá que hablar del estatuto, y tras un cierto tiempo será el pueblo el que defina", pero sin especificar si ese pueblo era de toda Rusia o sólo el de Chechenia.

Lébed exigió a sus interlocutores explicaciones por la incursión perpetrada contra un puesto militar ruso en el distrito Zavodskói de Grozni. El incidente sucedió la noche anterior, una hora después de que él y Masjádov se separaran en Nóviye Ataguí. Los representantes chechenos, muy concienziados sobre la necesidad de demostrar que mantienen una estructura jerárquica disciplinada, reaccionaron con celeridad. MovIadí Udúgov, el ministro de Información de los separtistas, manifestó que los autores del asalto nada tenían que ver con los combatientes chechenos. Se trataba de un grupo "semicriminal" y "vagabundo", que ha sido ya detenido y desarmado. Las armas serán devueltas.

Udúgov también manifestó comprender la necesidad de Lébed de ultimar detalles en Moscú y dijo que en los documentos concertados el día anterior quedaban dos o tres puntos conflictivos. La cuestión del futuro estatus de Chechenia no es problema por cuanto ambas partes, según afirmó, están de acuerdo en posponerla.Antes de partir rumbo a Moscú, Lébed hizo un llamamiento al pueblo checheno, exhortándolo a evitar las provocaciones".

Los incidentes descritos por Lébed y Udúgov no impidieron que el proceso de retirada de tropas siguiera adelante. Ayer se retiraron dos batallones, uno de la región de Shatói y otro de Vedenó.

Sobre los tanques, con gesto abúlico, los soldados fumaban totalmente indiferentes a los gritos que de vez en cuando surgían de entre los chechenos que contemplaban el paso de las tropas camino de Aljazúrovo, hacia el oeste.

En Grozni, se formaban ayer las comandancias checheno-rusas. En la plaza Minutka, al este de la capital, un grupo de soldados de la Brigada Nº 101 se habían quedado atrapados en un edificio y esperaban a que les vinieran a rescatar. Los soldados miraban con desconfianza desde el tercer piso a los guerrilleros que se habían concentrado en la calle."No se han podido marchar porque no tenían corredor de salida. Ahora vamos a arreglar las cosas. He venido para acompañarlos a sus posiciones. Podrán marcharse con sus armas y municiones, ya que así lo estipulan los acuerdos", manifesto Junkar Israpílov, comandante checheno en esta parte de la ciudad. A él se unió el teniente coronel ruso Ígor Grudnov: "Dentro de dos días no habrá tropas rusas en Grozni y podremos considerar que la primera etapa de retirada se ha acabado".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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