Maestros 'Picapiedras'
El concurso de canteros de Colmenar reivindica el oficio
Para cortar una mole de granito de 100 x 80 x 40 y 600 kilos de peso en cuatro piezas de 100 x 40 x 20 en menos de 40 minutos, no sólo hace falta una maceta, un puntero, varias cuñas y una maza, sino, además, músculos de piedra, mucha maña y buen oficio. Y Tomás Villamayor y Vicente Martín, Nochebuena, sólo necesitaron 20 minutos para demostrarlo. Ambos fueron ayer los ganadores del XIV Concurso de Canteros de Colmenar Viejo (30.000 habitantes), un certamen que anualmente, durante las fiestas patronales del municipio, recuerda a paisanos y visitantes de esta localidad que es una de las cunas españolas del arte de cortar piedra. Pero tampoco faltó el toque reivindicativo. Las seis parejas participantes en el curso también querían picar a los curiosos más jóvenes del público -unas mil personas- para despertar en ellos el gusanillo de este oficio e impedir que la tradición se pierda. "En el pueblo, ahora, pueden quedar seis canteros que sepan cortar piedra, y las nuevas generaciones no quieren aprenderlo porque es un oficio demasiado duro", coinciden los ganadores.Tomás y Vicente no fueron la pareja de picapiedras más rápida, pero si la más limpia. El corte de las cuatro piezas que sacaron de la mole de granito traída para la ocasión desde El Berrueco, era más recto y liso que el de sus contrincantes. Se corta por el tronce, la cara más áspera de la roca, donde se señala previamente con una pluma de cigüeña o de águila manchada -las de gallina se rompen fácilmente- las medidas de los cuatro trozos.El truco es clavar las cuñas y meter el puntero por la ley de la piedra, algo así como la línea imaginaria más débil por donde la roca se parte como si fuera jamón de york. Cortar por otro punto es nadar contra corriente, y el resultado, cuando se consigue, es una pieza con desniveles y torcida. "Nadie te enseña por dónde va la ley, pero eso, después de 40 años cortando piedra, lo ves casi a simple vista", dice, como si fuera fácil, Tomás Villamayor.
El concurso, celebrado ayer por la mañana en la plaza de toros de la localidad (y cuyo primer premio era de 20.000 pesetas y trofeo), fue organizado por la Agrupación de Canteros local, una asociación nacida hace 14 años cuando varios amigos de la profesión se unieron para no dejar morir el oficio. "Antiguamente podía haber en Colmenar unos trescientos canteros, pero hoy los que saben cortar la piedra, además de montarla, se pueden contar con los dedos de las manos", dice Vicente Martín.
Al empeño anual de los canteros por salvar el oficio se ha unido la solicitud del Ayuntamiento al Ministerio de Educación y Cultura para crear una escuela en el pueblo, que aún no ha recibido contestación.
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