Mucho ruido y pocos bellos

No enseñaron el trasero como en ediciones anteriores, pero tampoco recitaron un poema o entonaron una melodía como pretendía la organización. La docena de muchachas de la peña El Hormigón que eligió ayer tarde al damo de las fiestas de Alcalá se guió solamente por su apariencia física. "Y por el gracejo", apostilló una de ellas. Pura intuición, porque los siete aspirantes estuvieron apenas 10 minutos sobre el escenario y sus únicas gracias fueron quitarse la camiseta, amagar con lanzarsela a un centenar de adolescentes vociferantes e intentar decir algo a través de un micrófono que no funcionaba.El elegido, Daniel García, un estudiante de 16 años, parece tímido cuando baja del escenario con el fajín morado que le acredita como Caballero de Fiestas 1996. Pero sobre el entarimado colocado frente al Ayuntamiento, mientras los munícipes se preparaban para el pregón, fue el más lanzado. El primero en quitarse la camiseta, luciendo torso, moreno y gargantilla de cuero con una hoja de marihuana esmaltada, y los calzones asomando por encima del pantalón. "Estilo Calvin Klein", precisa una quinceañera con las uñas pintadas de rosa y negro.

Antes de bajar, Daniel reparte besos a las adolescentes entre las que en menos de 10 minutos ha sembrado la admiración. En el solemne salón de plenos complutense -terciopelo rojo, maceros flanqueando los pasillos y alcalde presidiendo- cambia de modos.El damo no musita palabra cuando entra a la sala con sus bermudas anchas y sus zapatillas de deportes enormes y luciendo lengüeta, del brazo de la dama de las peñas que viste el traje alcalaíno. El atuendo femenino es más engorroso: pololos, enaguas con encaje, falda de raso morado, faltriquera negra, blusón y mantón bordado.La mayoría de los municipios de la región tienen reina de las fiestas. Pero en Alcalá son nada menos que 11 -más el damo- con salvoconducto para entrar gratis a todos los espectáculos. Una por cada casa regional -castellanas, asturianas, o faralaes, según el caso- la representante de las peñas y la alcalaína mayor. Este año se ha sumado a la comitiva de terciopelos y puntillas Miss Alcalá, Minerva Martínez. El consistorio le puso como condición que luciera el traje de Alcalá, diseñado hace ocho años por la Escuela de Folclore Complutense a partir de fotos antiguas.