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CONSEJO DE MINISTROS

Los jueces conservadores esperan que Ortíz Úrculo "lleve calma" a la Fiscalía del Estado

Los colectivos de juristas conservadores acogieron ayer con entusiasmo la decisión del Consejo de Ministros de proponer al fiscal Juan Ortiz Úrculo como futuro fiscal general del Estado y recabar del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el informe obligado, aunque no vinculante, sobre tal nombramiento. Además de valorar la selección, el magistrado Ángel Calderón, portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), recordó a Ortiz Úrculo la necesidad de que "lleve calma a aquellos sectores en los que el agua baja revuelta" en referencia a los recientes enfrentamientos en el seno de la Audiencia Nacional. Por contra, desde IU se estima que no reúne el "perfil idóneo" por sus recientes implicaciones políticas.

Ortiz Úrculo, de 57 años, nacido en Bilbao y licenciado en Derecho en Zaragoza, ingresó en la carrera fiscal en 1967. Trabajó como fiscal en Bilbao y Barcelona hasta que en 1975 fue destinado a la fiscalía de Madrid, en donde permaneció hasta 1984. Ese año pasó a la fiscalía del Tribunal Constitucional, en la que se encuentra actualmente. Ha realizado estudios en Francia y ha sido profesor en distintas universidades españolas sobre Derecho Penal, Mercantil y Procesal y colabora en numerosas publicaciones jurídicas. "No haré declaraciones hasta que me nombre el Rey y jure y tome posesión del cargo, ya que hasta que eso no se produzca no soy fiscal general del Estado", dijo ayer Ortiz Úrculo a este periódico.

Autonomía e independencia

Tanto la APM como la Asociación de Fiscales (AF) elogiaron a Ortiz Úrculo, quien ayer anunció su dimisión como presidente de esta última. Desde la APM, Calderón aseguró que con Ortiz Úrculo al frente de la fiscalía general podrá hacerse realidad el objetivo manifestado por el presidente del Gobierno, José María Aznar, de "dotar de mayor autonomía, funcionalidad e independencia al Ministerio Fiscal". Para Calderón, la designación de este fiscal de carrera se aleja de los nombramientos Políticos.Entre las cuestiones pendientes, Calderón recordó a Ortiz Úrculo que tiene que asegurar el estricto cumplimiento del Estatuto de los fiscales y las previsiones constitucionales para esta carrera jurídica. También recordó la necesidad de que el nuevo fiscal general del Estado lleve calma a aquellos sectores en los que el agua baja revuelta". El mandato de su antecesor en el cargo, Carlos Granados, ha estado marcado por los enfrentamientos contra él por parte de varios fiscales de la Audiencia Nacional. El último se produjo cuando el fiscal Pedro Rubira desobedeció la orden de Granados, transmitida por el fiscal jefe, José Aranda, de que pidiera la puesta en libertad del general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, procesado por el caso Lasa-Zabala. Recientemente, Aranda denunció en EL PAÍS la constante actitud de oposición a las órdenes de cuatro miembros de la fiscalía. Incluso dijo sus nombres.

Por su parte, el fiscal Salvador Viada, portavoz de la AF, aseguró que Ortiz Úrculo -todavía su presidente- es una persona de "independencia acrisolada", por lo que elogió al Gobierno del PP por haberle elegido. Viada aseguró que, desde la asociación que preside, Ortiz Úrculo defendió la independencia de la carrera fiscal respecto al Ejecutivo "con un Gobierno que no quería la independencia, que quería precisamente tener al Ministerio Fiscal cogido".

Viada afirmó que uno de los principales problemas de la carrera fiscal a los que deberá hacer frente el futuro fiscal general del Estado es la recuperación de la credibilidad del Ministerio Fiscal en cuanto a su independencia del Gobierno, objetivo que se logrará "con el día a día de un fiscal independiente como es Juan Ortiz".

Ortiz Úrculo anunció ayer a la ejecutiva de la AF su futura dimisión en el cargo, que formalizará cuando sea nombrado por el Rey.

Mientras, el fiscal general saliente, Carlos Granados, destacó ayer el respeto que, tanto el Gobierno socialista como el del PP, han mostrado hacia la autonomía funcional del Ministerio Fiscal. Y calificó a su sucesor como "compañero de valía ( ... ) que mantendrá la línea de autonomía funcional con respecto al Ejecutivo".

En cambio, el dirigente de IU y líder de Nueva Izquierda, Diego López Garrido, manifestó que el candidato propuesto por el Gobierno para fiscal del Estado no reune el "perfil idóneo" del cargo por las connotaciones políticas que le han caracterizado en estos últimos años. Recordó que Ortiz Úrculo procede del sector más conservador de la, fiscalía y aseguró que no cree que el presidente de una asociación profesional sea la persona más indicada para ocupar este tipo de puestos.

López Garrido discrepó del criterio del PP de que al frente de la fiscalía general debe haber un fiscal. También defendió que el fiscal del Estado tenga un mandato no revocable a fin de que no haga méritos para perpetuarse en el cargo.

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