Jarro de agua fría para el sector del dirigente catalán
La incertidumbre y la confusión se extendieron ayer entre los dirigentes del Partido Popular (PP) de Cataluña. Unos admiten ya que ha terminado la etapa de Aleix Vidal-Quadras, mientras que otros se niegan a admitirlo siquiera como eventualidad. Entre los colaboradores más inmediatos de Vidal-Quadras cayó como un Jarro de agua fría la posición marcada ayer por el secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, mediante un artículo en La Vanguardia en el que insiste en que la libertad de expresión de un dirigente político debe amoldarse a lo decidido en los órganos de dirección.El propio Vidal-Quadras, que se halla fuera de Cataluña, descansando, consideró oportuno formular una escueta comunicación a Europa Press indicando su "total disciplina y lealtad respecto al secretario general" del PP. Esta declaración vino a corregir las de días anteriores, en las que, ignorando las advertencias realizadas por Álvarez Cascos, había apelado repetidamente a la autoridad de José María Aznar.
Pero una parte de los seguidores de Vidal-Quadras continuó la movilización "para ganar el congreso", según explicó uno de ellos, el diputado autonómico Josep Maria Francàs. Éste afirmó que, aun en el caso de que Vidal-Quadras no opte a la reelección, el enfrentamiento entre las dos posiciones en pugna en el PP catalán habrá servido para "clarificar" la situación y conocer el apoyo con que cuenta cada una de ellas entre la militancia.
Esta actitud es la contraria a la mantenida por algunos de los principales dirigentes, como el secretario general, Simón Pujol, y el presidente de la organización provincial de Barcelona, Antonio Ainoza. Éstos abogaron por una candidatura de consenso para el próximo congreso. Ainoza pidió a los militantes un debate precongresual "tranquilo y sin crispaciones". Criticó también a la minoría de militantes que en los últimos días "han realizado una campaña de presiones a la dirección nacional". En particular, ha alarmado a los responsables la difusión de carteles en los que además de defender a Vidal-Quadras se ataca a Josep Maria Trias de Bes.Buena parte de los dirigentes se preguntaban ayer quién puede ser el próximo presidente regional. Simón Pujol reafirmó que no tiene voluntad de serlo y explicó a este diario que lo que corresponde es "definir ante todo el perfil político del presidente que se quiere".
Mientras, Vidal-Quadras sigue recibiendo apoyos externos al Partido Popular. El alcalde de Barcelona, el socialista Pasqual Maragall, expresó su convencimiento de que Aznar "buscará el momento" para atender a Vidal-Quadras. Pablo Mosquera, secretario general de Unidad Alavesa, acusó a los populares de practicar el "transfuguismo político" por presentarse a las elecciones con un mensaje antinacionalista y ahora "intentar taparle la boca a Vidal-Quadras".
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