Yeltsin amenaza con asaltar Grozni si la guerrilla no abandona la capital

Una vez más, el alto el fuego en Chechenia ha saltado en pedazos antes de ser siquiera firmado. El presidente ruso, Borís Yeltsin, ordenó ayer "restablecer la legalidad" en Grozni, y su jefe militar en la república rebelde dejó en claro poco después que eso significa el asalto final a la ciudad si los combatientes independentistas no la abandonan. Los civiles tienen 48 horas para huir de la gran batalla, que aparentemente tiene en el jueves su Día D.Los chechenos aseguran incluso que las tropas rusas han comenzado ya su gran ofensiva y que ayer por la tarde se libraron encarnizados combates en tres barrios de la capital. No es inverosímil, ya que, como dijo un portavoz de las fuerzas del Kremlin, "los soldados rusos están bloqueados en Grozni, sin alimentos ni agua, y los heridos necesitan ayuda urgente".

La dinámica de los acontecimientos parece ir en contra del general Alexandr Lébed, responsable del Consejo de Seguridad ruso y considerado por muchos observadores como el número dos del Kremlin. Tras dos viajes a Chechenia y una entrevista con el presidente de esta república, Zelimján Yandarbíev, Lébed defendió una solución política al conflicto y pidió que rodaran en Moscú cabezas de responsables políticos. La primera que exigió fue la del ministro del Interior, Anatoli Kulikov. Yeltsin se la negó.

Los halcones contrarios a toda solución negociada parecen estar ganando la batalla política, aunque hasta ahora se han mostrado totalmente incapaces de ganar la militar. Pese al tremendo despliegue bélico ruso, los independentistas, con su último asalto a Grozni, han demostrado su gran capacidad de acción.

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