Humillación rusa

( ... ) En una rápida ofensiva, los guerrilleros chechenos han hecho añicos las fuerzas militares rusas desconcertando al Gobierno de Yeltsin. No es probable que ni el Ejército ni el Gobierno se recuperen pronto. El golpe ha hecho tambalearse al Ejército ruso, algo inimaginable para una maquinaria militar que tan sólo hace unos años era respetada y temida en todo el mundo. ( ... ) El principal daño es la pérdida de la reputación y la moral, dos piezas intangibles, pero vitales, para una fuerza militar eficaz y disciplinada. Un ejército herido puede convertirse en una peligrosa influencia desestabilizadora en un país que todavía atraviesa el terreno incierto que va de la tiranía a la democracia. Miles de efectivos rusos han sido capturados o asediados en la capital, Grozni, por grupos pequeños pero bien armados de chechenos rebeldes que de forma inesperada tomaron la ciudad. ( ... )El Ejército ruso inició su declive antes de que Borís Yeltsin enviara las tropas a Chechenia hace 18 meses, para acabar con la revuelta secesionista. ( ... ) Las luchas internas en el Kremlin no son nuevas, pero pueden ser muy destructivas cuando hay tanto por hacer para avanzar en las reformas económicas y políticas. Una guerrilla disciplinada puede anular el mayor y más cuidado diseño militar y político de una gran potencia. Johnson y sus consejeros lo comprendieron en la ofensiva del Tet, en 1968. Parece que Yeltsin y los suyos afrontan ahora la misma lección. 15 de agosto