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Los unionistas renuncian a desfilar por los barrios católicos de Londonderry

Cerca de 12.000 unionistas norirlandeses desfilaron ayer por el casco viejo de Londonderry, pero sin acercarse a los barrios católicos del sector oeste de las murallas de la ciudad, bloqueadas por vallas y alambradas metálicas y protegidas por las fuerzas de seguridad. La férrea disciplina impuesta por los líderes católicos y protestantes evitó que se produjeran incidentes. La Marcha de los Aprendices, el provocador desfile de una asociación de unionistas que tradicionalmente atraviesa los barrios nacionalistas, se desarrolló en medio de una tensión contenida. Los pequeños conatos de violencia se saldaron con media docena de detenciones.

Los aprendices rompieron con la tradición y, en un gesto celebrado por los nacionalistas, limitaron su recorrido a los barrios protestantes y al centro comercial de la ciudad. Al anunciar su decisión, el líder de la asociación, Alastair Simpson, pidió calma y disciplina. Sin embargo, reivindicó su derecho a desfilar por los barrios católicos de Londonderry. "Marcharemos por la muralla en una fecha que escogeremos nosotros mismos", dijo. Y concluyó amenazante: "No nos rendiremos".Minutos después, los miembros de unas 600 bandas desfilaron con relativa calma al son de tambores y flautas. Además de sus sombreros de bombín y guantes blancos, cada aprendiz lucía la tradicional estola y sendas medallas de sus respectivos gremios.

La comunidad protestante, que ayer desempolvó corbatas y pelucas con los colores de la bandera británica, recibió entusiasmada a los representantes de una de las sociedades más secretas y simbólicas de Irlanda del Norte.

Agentes de la policía del Ulster apoyados por tanquetas flanquearon todo el recorrido. Previamente, bloquearon los accesos al casco viejo para impedir que grupos de católicos protestaran durante el desfile de los protestantes.

Tras conocer el cambio de itinerario de la Marcha de los Aprendices, la asociación de vecinos de Bogside, el barrio nacionalista más próximo a la muralla, desconvocó la contramanifestación que había organizado. "No queremos enfrentamientos", dijo a mediodía su portavoz, Donncha McNiallais.

Ambiente caldeado

El ambiente, sin embargo, seguía caldeado. Un movimiento en falso podía hacer estallar el polvorín. Por un momento, la policía norirlandesa cerró una de las puertas del casco viejo, ante la, indignación dé los nacionalistas. Mientras McNiallais y el número dos del Sinn Fein -brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA)-, Martin McGuinnes, intentaban calmar a sus seguidores, los agentes retrocedieron y desbloquearon el acceso a la muralla. Algunos nacionalistas exaltados, sin embargo, habían dejado de escuchar a sus líderes y se dirigía hacia las fuerzas de seguridad.Pero la disciplina se impuso una vez más. La dirección republicana no estaba dispuesta a ser acusada de causar disturbios en una jornada que era observada atentamente por los medios de comunicación internacionales. Una cadena humana, con McGuinnes en primera línea, se interpuso entre los manifestantes católicos y la policía. Junto a ellos se situaban decenas de periodistas, a los que el dirigente del Sinn Fein pidió que se apartasen. "Con vuestra presencia no estáis ayudando a mantener la paz en Derry", dijo McGuinnes tras exigir a los más exaltados de entre los nacionalistas que despejaran la zona.

"Están atentando contra nuestros derechos civiles. No nos dejan entrar en el centro de la ciudad que está tomado por los unionistas", protestó uno de los católicos que intentaba acercarse hacia la Marcha de los Aprendices. Su resistencia fue, no obstante, pacífica..

Por su parte, los líderes de los aprendices tuvieron también que contener a su seguidores. Los litros y litros de cerveza consumidos desde primera hora de la mañana pasaron pronto factura. Y, durante un breve intervalo, la situación estuvo a punto de írseles de la mano. Un grupo de unionistas lanzó botellas y piedras contra los efectivos policiales. En respuesta, se dispararon las primeras pelotas de goma. Media docena de jóvenes protestantes pasaron por comisaría, acusados de atentar contra el orden público.

Diálogo previo

A pesar de estos conatos de violencia, el balance de la jornada fue positivo. El diálogo previo entre los unionistas y los vecinos del barrio católico de Bogside contribuyó a evitar incidentes graves. No hubo acuerdo entre ambas comunidades pero, a diferencia de la marcha orangista de Portadown, celebrada el pasado mes de julio, Simpson, el líder de los aprendices, aceptó hablar cara a cara con el republicano McNiallais."Derry ha puesto en evidencia que el unionismo no puede imponerse sobre la comunidad nacionalista minoritaria. El conflicto sólo se resolverá a través del diálogo. Los aprendices dialogaron, y espero que el resto de los unionistas aprendan la lección: es necesario negociar", aseguró MacGuinnes.

Dos personas resultaron levemente heridas anoche al recibir pedradas o botellazos al término de la Marcha de los Aprendices, según informó la policía norirlandesa. Los incidentes se registraron en localidades de los alrededores de Londonderry entre jóvenes que regresaban del desfile. La policía intentaba disolver anoche a los revoltosos en la población de Dunloy.

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