Madrid, a 7.000 pies
Una empresa ofrece paseos turísticos en avioneta por la sierra
El piloto tiró de una serie de botones y apretó otros en su consola de mandos. "Son comprobaciones de rutina", explicó el comandante. Los tres únicos pasajeros del vuelo MAD 280 sintieron que aquello comenzaba a ponerse divertido. Poco antes de las 11.30 de la mañana de ayer, los viajeros se habían encaramado a la diminuta, avioneta que les esperaba en el aeródromo de Cuatro Vientos para descubrir desde el aire el Monasterio de El Escorial o el Valle de los Caídos. Luego habrían de saber que son unos pioneros: con ellos son 22 los viajeros que han podido volar por el extremo noroeste de la región tras un trámite tan sencillo como llamar por teléfono, concertar una hora de vuelo y pagar 6.500 pesetas si es fin de semana.PASA A LA PÁGINA 4
210 caballos
El otro color del Valle de los Caídos
Primero, a 300 pies (100 metros) se veía a un lado Villaviciosa de Odón; al otro, las Torres KIO, y al frente, en vez de Estambul, el pantano de Valmayor, extendido y oscuro como un mar de lava. La avioneta -210 caballos de potencia- ascendía hasta los 2.500 pies camino del Valle de los Caídos. La autopista de La Coruña serpenteaba a la derecha del avioncito y su color chirriaba con los ocres de su derredor.El Valle de los Caídos se antoja desde el aire como la roca más hermosa y agreste de la sierra de Guadarrama, dominando un espeso mar de árboles interrumpido sólo por cortafuegos. Sobre la ladera que remata la inmensa cruz sube y baja un trenecito. Apenas hay coches. La avioneta tuerce el morro rumbo a El Escorial, dirección oeste. Los pasajeros se sienten como en un utilitario.
Lo que sigue consiste en dar fe de uno de los mitos del libro escolar: efectivamente, el monasterio que mandó construir Felipe II tiene forma de parrilla, artilugio donde explicaban los profesores que fue torturado San Lorenzo. Al piloto le interesa más la Casita del Príncipe y la señala. Los pueblos colindantes de la sierra están a un tiro de piedra.
A 7.000 pies de altura y a 200 kilómetros por hora, la avioneta regresa hacia Cuatro Vientos. Valmayor sigue tan solitario como antes y el piloto comienza a hablar con la torre de control. Ahora es Móstoles la ciudad que queda a la derecha; y a la izquierda, Leganés.
Sólo han pasado 45 minutos cuando la avioneta enfila hacia la pista. Unas pequeñas sacudidas por el viento y el único color que queda es del asfalto gris.Pero hay muchos más colores en la memoria del viajero.
Excursión aérea
Madrid-Valle de los Caídos-Monasterio de El EscorialMadrid. De lunes a viernes, 9.000 pesetas. Sábado y domingo, 6.500. Madrid-Valle de los Caídos-Sierra de Guadarrama-Segovia-Palacio de Riofrío-El Escorial-Madrid, 12.850 pesetas.Teléfono de información , y reserva de vuelo -empresa Trapsatur, Calle de San Bernardo-: 541 63 20 o 5416321.
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