El mal despertar de 'Bioko'
Un gorila destroza de unpuñetazo un cristal blindado del Zoo, enfadado por un flas
A Bioko no le gusta que le retraten, y menos después de la siesta. Lo demostró el jueves, cuando, recién levantado de su sueño vespertino, un osado visitante de] Zoo se arrimó demasiado al cristal protector del recinto y deslumbró al gorila con el resplandor del flas de su cámara fotográfica. El animal, que es el macho dominante de una tribu de cinco gorilas más, enfureció.Con la misma rapidez que el destello, B¡oko, que lleva el nombre de la isla guineana de cuyas frondosas selvas fue arrebatado hace 15 años, empleó la fuerza que le otorgan sus 200 kilos de peso y de un sólo puñetazo convirtió uno de los cristales blindados en un puzzle de más de un millar de piezas. Los visitantes que en ese momento contemplaban los juegos de estos simios, procedentes la mayoría de países de África occidental, pusieron pies en polvorosa.
El veterinario del zoo, Enrique Sáez, quitó hierro al asunto: "Fue un incidente sin importancia. Nadie corrió peligro en las instalaciones. El cristal no se vino abajo y no pasó de un simple susto".
Ayer por la tarde, Bioko se despertó tranquilo y con apetito. Devoró un par de naranjas, después zampó una zanahoria y terminó la merienda con un puñado de lechuga. Pero en cuanto vio asomar el objetivo de la cámara del fotógrafo se levantó desafiante para recibir a las visitas. Frunció el morro, ensanchó su poderosa musculatura, dio un salto y golpeó de un puñetazo otro de los cristales de protección, con un blindaje de casi tres centímetros de grosor. Por suerte, el cristal se mantuvo firme.
El veterinario intentaba justificar los prontos del gorila: "Son animales interactivos, a los que les encanta jugar con el público. Pero no son peligrosos porque, además, hay unos cristales de seguridad a prueba de cualquier imprevisto y no se rompen. Ocurre que los animales tienen sus reacciones y de vez en cuando se enfadan". Y Bioko vaya si se enfadó. Tras las palabras del experto, el gorila siguió haciendo de las suyas y provocó todo lo que quiso y más a la fotógrafa de este periódicop. Una posturita digna de una top model en la esquina del recinto, unos morritos frente al cristal, un revolcón en el suelo. Unos disparos de cortesía y Bioko quiso dar por terminada la sesión. Eso sí, siempre a su manera: de un puñetazo volvió a poner en peligro otro cristal.
"En el fondo le encanta que le hagan fotos, pero cuando él quiere. Por eso es el macho dominante. Tiene genio, como todos los gorilas, pero es muy simpático", comentaba sin perder de vista la escena Enrique Sáez. Ante la insistencia de la fotógrafa, el gorila se enfadó, volvió a golpear otro de los cristales y esta vez decidió cambiar al menos de escenario para la sesión: abandonó la jaula interior y salió a los jardines.
Allí repitió las mismas posturitas ante la cámara, pero sólo por un ratito Y sin consecuencias
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