Garzon interroga a Perote y pide al Gobierno dos nuevos documentos secretos sobre la guerra sucia

El coronel Juan Alberto Perote, ex jefe de la Agrupación Operativa del Cesid, procesado por sustracción de documentos secretos, compareció ayer de nuevo ante el juez Garzón en relación con el caso Oñederra, el sumario en el que se investigan los cuatro primeros asesinatos reivindicados por los GAL. El interrogatorio se produjo por la tarde, pocas horas después de que el Gobierno anunciara su decisión de no desclasificar ninguno de los documentos del Cesid y al día siguiente de que Garzón reclamase dos nuevos papeles secretos.El magistrado solicitó el jueves al Gobierno la desclasificación de otros dos papeles sobre la guerra sucia, además de los 18 ya reclamados. Según las fuentes consultadas, en uno de ellos se describe el supuesto intento de secuestro de un presunto etarra en Francia.

Al parecer, efectivos del cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo (San Sebastián), trataron de secuestrar a un miembro de ETA cuando se dirigía a la playa. Amigos del etarra advirtieron la presencia de dos vehículos sospechosos y la operación fue abortada.

El otro documento se refiere, según los mismas fuentes, a la experimentación con drogas en técnicas de interrogatorio que personal de los servicios secretos podrían haber utilizado con una persona no relacionada con actividades terroristas. Desde que estalló el escándalo del Cesid, hace ahora un año, se ha especulado con la existencia de un documento que describiría la denominada Operación Mengele.

Ésta habría consistido, supuestamente, en la aplicación de la droga pentotal, más conocida como suero de la verdad, a dos mendigos madrileños, para estudiar sus efectos de cara a utilizarla posteriormente con un etarra. Según esta versión, uno de los mendigos habría fallecido durante el experimento.

El hecho de que este documento no saliera a la luz durante los últimos meses se consideró, por los antiguos responsables gubernamentales, como una prueba de que se trataba de una especulación sin fundamento. Otras fuentes, sin embargo , apuntaron a que Perote podría guardarlo como último cartucho o bien mantenerlo oculto porque él mismo estaría directamente implicado en este macabro episodio.

Sin embargo, según su abogado Jesús Santaella, el interrogatorio de ayer no se centró en este documento, sino en los papeles que el pasado mes de junio incautó el juez militar Jesús Palomino en la celda de Perote en la prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid).

Perote fue interrogado también por su propio defensor sobre el carácter de las notas de despacho que dirigía al entonces director del Cesid, Emilio Alonso Manglano. El coronel sostuvo ante el juez que esas notas nunca tuvieron la condición de secretas, aunque un acuerdo del Consejo de Ministros clasificó en 1986 todo lo relacionado con el Cesid.

Santaella calificó de "sorprendente" la decisión del Gobiemo de no desclasificar los documentos y agregó que puede ser revisada por la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo a instancia de parte interesada.