Vacaciones en Atlanta
Sólo un 21 % de los seleccionados está compitiendo en los Juegos a pleno rendimiento
Ya han actuado 51 atletas españoles en los Juegos y sólo once (un 21%) han competido, o lo están haciendo, a satisfacción. Del resto del equipo, diez dieron por terminada su actuación con el sinsabor de una clasificación discreta, pero sí al menos digna, y los otros 30 vinieron de vacaciones, después de un año de trabajo duro para conseguir esa mínima que les permitía viajar a Atlanta. Aún quedan por debutar maratonianos y marchadores y siguen en competición corredores de 1.500 y 5.000 metros. Ellos aún pueden ocultar lo que podría calificarse como una decepcionante actuación española, como sucedió en Barcelona 92, donde Cacho, Plaza, Peñalver y García Chico evitaron el desastre.En Barcelona, la actuación española no fue mucho mejor de lo que está siendo en Atlanta. Hubo las cuatro medallas, un sexto puesto de Maite Zúñiga en los 1.500 metros, un octavo de Abel Antón en los 5.000 y se acabó. Escaso botín para los 61 participantes.
En Atlanta, con 57 atletas en la selección, va un quinto puesto de Rocío Ríos en la maratón. Y ya no quedan más aspirantes a hacerlo igual de bien, o mejor, que Cacho en los 1.500 metros, Fiz y Juzdado en la maratón y García Bragado y Massana en la marcha. Todo lo que pudieran aportar después otros mediofóndistas o fondistas estaría de más.
Los que han demostrado una buena capacidad competitiva en Atlanta son Rocío Ríos por su quinto puesto, María José Mar-domingo por sus récords y clasificación para las semifinales de 110 metros vallas, Julia Vaquero porque se metió en la final de 10.000, Jordi Mayoral tras rozar por dos veces el récord de España en 200 metros y los corredores de 1. 500 y 5.000, que pasaron sin dificultades a sus eliminatorias.
Entre la decepción, porque esperaban más, y la realidad que supone haber obtenido una clasificación acorde con sus posibilidades se encuentran Venancio José Murcia y Javier Navarro, que pasaron sendas eliminatorias de velocidad, Abel Antón, Carlos de la Torre y Alejandro Gómez, que estuvieron en la final de 10.000 metros sin pena ni gloria, Arturo Ortiz y José Manuel Arcos, que lamieron sus respectivas finales de saltos, Sandra, Myers, semifinalista en los 400 metros, Mónica Pont, que se hundió al final en la maratón y Antonio Peñalver tras recuperarse para la alta competición.
El resto, 30 atletas, llegaron, compitieron y se pusieron a hacer turismo. No les regalaron el viaje, porque presentaron el aval que les habían pedido: unas determinadas marcas que les garantizasen una participación digna. Ocurre que para ello tenían que haberlas repetido en Atlanta y eso suponía una hazaña. Sus energías se habían quedado en España semanas antes en ese esfuerzo por realizar las marcas que les concedían el pasaporte olímpico.
No es la primera vez que ocurre y hay casos que llaman la atención: Miriam Alonso (400 metros vallas) lleva dos Juegos Olímpicos, dos campeonatos del Mundo y uno de Europa, eliminada en la primera carrera; Andrés Díaz (800 metros), Salvador Vila (400 vallas) e Íñigo Monreal (400 vallas), eliminados en los últimos Mundiales, Europeos y ahora JJOO, igual que Manuel Martínez (peso) cuando en 1993, con 19 años, se metió en la final de unos Mundiales; Conchi Paredes (triple salto), eliminada en dos Mundiales y esta vez en los Juegos sin realizar ningún salto válido; Óscar Pitillas (400 metros vallas), eliminado antes en dos Mundiales y unos Europeos.
Un ex atleta daba la explicación: "Cuando se es joven es muy fácil llegar arriba, apenas cuesta trabajo, porque se consigue a base de calidad natural. Te ves entonces en la cima, viajas, compites, eres famosillo, sigues entrenando lo mismo que antes y ahí te quedas entonces estancado. Para subir al escalón superior tienes que dejarte la vida en los entrenamientos. Ellos mismos eligen su futuro: o atletas de andar por casa o atletas de élite".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.