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El Ejército se incorpora a la búsqueda del niño autista perdido en los Pirineos

Efectivos del Ejército de Tierra participan desde ayer en el rastreo de la zona boscosa próxima al macizo del Bachimala, en el Pirineo central, dentro del despliegue montado para localizar a José Joaquín Ayete, un niño de 12 años de edad, autista, perdido en este paraje del valle de Gistain (Huesca) el pasado miércoles, tras separarse de un grupo de boy scouts. Junto a los militares, intervienen en la búsqueda montañeros voluntarios y el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil.

La búsqueda se centra en los pequeños recovecos, oquedades naturales o incluso grietas rocosas donde se cree que el niño pudiera haberse refugiado al separarse del grupo excursionista con el que recorría el Parque Natural del Posets-Maladeta, al producirse un leve desprendimiento de piedras el pasado miércoles.A las dificultades orográficas de la alta montaña pirenaica, para su localización, se une en este caso la previsible nula colaboración del pequeño autista en una circunstancia como ésta. Según los expertos médicos que ayudan a los equipos de rescate, en situaciones de pánico optaría por no responder a las llamadas de sus buscadores.

Durante el pasado fin de semana se incorporaron a la búsqueda numerosos voluntarios y grupos montañeros aragoneses, entre ellos, algunos de los deportistas que lograron sobrevivir al accidente de la expedición al K-2 en la cordillera del Himalaya, en la que murieron tres alpinistas. El Gobierno Civil de la provincia emitió la noticia de su desaparición en la tarde del viernes, tres días después de ser denunciada por sus padres.

José Joaquín es hijo de un agente de la Policía Local de Zaragoza y se encontraba de vacaciones en la colonia montañera Virgen Blanca, organizada por un club del popular barrio de Torrero de la capital aragonesa. Con anterioridad ya había realizado excursiones en zonas mon tañosas, por lo que sus familiares mantienen la esperanza de encontrarlo con vida.

El pequeño no llevaba provisiones ni ropa de abrigo para hacer frente a la lluvia y las bajas temperaturas que se registran estos días en el valle de Gistain, por lo que los rastreadores albergan dudas de su capacidad de supervivencia en estas condiciones.

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