El Madrid más castizo elige a sus personajes más guasones

, Los calcos de charol, en blanco y negro; el pantalón oscuro a rayas grises bien planchado; el chaleco de piqué blanco, el plastrón, por supuesto, francés; la chistera, bien plantada en la cabeza; el clavel, insertado en la levita, y las antiparras, como debe ser, en la punta de la nariz.

Con este atuendo se paseaba ayer el nuevo Don Hilarión, uno de los personajes más populares y callejeros de las fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y la Paloma, que se celebran entre el 3 y el 15 de agosto en los distritos de Centro y de Arganzuela. Este año el preciado título, por el que competían dos maduros y guasones aspirantes, fue a prenderse en la solapa de Esteban Carmona, un presumido y achacoso jubilado que no confesaba la edad a nadie. "Tengo menos años que mi padre,- ¿vale así?",. decía con mucha sorna al personal. No es la primera vez que se presentaba a la elección de Don Hilarión.En 1990 ya lució del brazo por el barrio de Las Vistillas a La Casta y a La Susana. Con el premio de ayer se quitaba una espinita que llevaba dentro. "Hace dos años quería presentarme, pero me rompí una cadera y tuve que estar mucho tiempo de reposo. Y el año pasado, ya es mala pata, porque la víspera de la elección me rompí la otra cadera".

Sobre sus méritos, Don Hilarión contaba muy ufano: "Creo que he ganado en primer lugar porque siento y vivo como nadie el papel. Soy un poco mujeriego y muy dicharachero, como se requiere para esta ocasión. Además, soy actor y sé interpretar muy bien todo lo que me echen, y creo que eso lo ha visto el jurado".

La Casta y La Susana

De su brazo se engancharán durante estas fiestas dos guapas mujeres, una tímida y, la otra muy descarada. Son La Casta y La Susana. El primero se lo llevó una estudiante de administrativo, Silvia Moreno, de 18 años, vecina del barrio del Retiro. Para la tímida chica, embutida en un vestido color turquesa, era su primer concurso. "Competía con dos chicas más, pero al final me ha tocado a mí. Me entró el gusanillo de presentarme a la elección porque mi hermana lo ganó en una ocasión y disfrutó mucho de las fiestas" decía La Casta, muy emocionada por su triunfo.

Mucho más chula y frescachona movía su mantón de Manila y su vestido a cuadros negros y blancos La Susana, que, curiosamente, también se llama Susana, pero de apellido Martínez. Tiene 29 años, es educadora infantil y ojazos de color azabache "¿Que por qué me han elegido? Hija, ¿tú qué crees? Porque soy una chulaza, ¿o no se nota?", desafiaba la muchacha.