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El embudo de la M-30 en Ventas se elimina con ocho años de retraso

Antonio Jiménez Barca

Una espera de ocho años ha terminado. La última obra prevista en el multimillonario Plan de Accesos que lanzaron en 1988 las tres administraciones para mejorar la circulación de la capital y su periferia fue aprobada ayer. La reforma del puente de Ventas sobre la M-30, que hace el número 24 de este plan, arrancará a principios del año que viene, después de que la Comisión de Obras del Ayuntamiento de Madrid diera ayer el visto bueno al proyecto.Hace ocho años, el Ministerio de Obras Públicas (hoy Fomento), el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad, entonces todos del PSOE, se pusieron de acuerdo para modificar y mejorar las entradas a Madrid por carretera. En total, se proyectaron 25 actuaciones y se pensó destinar 94.426 millones. Hijas del mismo plan son la M-40 y los nuevos accesos al aeropuerto.

Hoy, 22 de esos trabajos ya han concluido. Otro, el que hacía el número 25, se desechó (el paso de la avenida de Aragón sobre la carretera de Barcelona) y uno más se encuentra en construcción (la prolongación de la calle de O'Donnell desde la M-30 a la M-40). Esta autovía se terminará a finales de año, aunque los trabajos de los dos túneles bajo el pinar de La Elipa se terminarán el 15 de agosto, según aseguraron ayer en el Ministerio de Fomento, informa Paz Álvarez. A partir de esta fecha, y hasta el mes de septiembre, se procederá a la iluminación y ventilación de los subterraneos y a la unión con Moratalaz y La Elipa.

La reforma del puente de Ventas y del concurrido y con frecuencia atascado tramo de la M-30 que pasa bajo él (250.000 coches diarios) se ha aplazado en múltiples ocasiones por las continúas divergencias entre los responsables municipales y del ministerio sobre los detalles técnicos del proyecto y su financiación. La remodelación cayó en el abandono durante, años. La estructura de este puente -que impide que tengan continuidad los carriles de servicio- es lo que convierte este pedazo de la M-30 en un auténtico embudo.

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El tramo de M-30 que pasa bajo el puente de Ventas ganará dos carriles por sentido

VIENE DE LA PÁGINA 1Actualemente, las vías de servicio de la M-30 se interrumpen bruscamente al llegar al puente de Ventas ya que sólo sirven para subir a la calle de Alcalá. Los conductores que pretendan seguir su camino por la M-30 debe n, por tanto, acceder a la vía central y sólo disponen de una carril para ello, lo que crea continuas retenciones. La reforma prevista consigue que esas vías de servicio prosigan sin interrupciones. También mejoran los accesos a la calle de Alcalá que dispondrán de tres carriles. En, resumen: ahora, por este tramo de la M-30 existen ocho carriles; cuando los trabajos estén terminados, habrá doce. Con esto, los responsables confían en eliminar el tapón endémico de este pedazo de la M-30.

Además, el puente mismo será demolido para erigir otro completamente distinto. La peculiar disposición de los giros de este nudo que une la calle de Alcalá con la M-30 propende a la confusión del automovilista, según reconocía ayer un técnico municipal.

"Los giros están diseñados contra natura, así que es muy fácil subir de la M-30 para querer seguir por Alcalá hacia Manuel Becerra, meter la pata y volver a bajar a la M-30 sin quererlo", añadía este técnico. Todo esto se solucionará con una glorieta que simplifique las conexiones.

La obra comenzará, según los planes, en enero de 1997, y durará 18 meses. El presupuesto rondará los 2.200 millones de pesetas, de los que el Ayuntamiento aporta el 36%, 792 millones. El resto corresponde al Ministerio de Fomento. En la Comisión de Obras del Ayuntamiento de ayer no se especificó cuánto transtorno se creará a los automovilistas cuando se derribe el puente. En los pliegos de condiciones que las distintas empresas presenten a la obra deberá especificarse estas medidas y será un punto a tener en cuenta para su adjudicación. Para los peatones también habrá novedades: ahora, si alguien quiere cruzar andando el Puente de Ventas tiene dos posibilidades: utilizar unos, pasos Subterráneos oscuros, lúgubres e inseguros o jugarse el tipo pasando por la superficie, al lado de los coches. El proyecto elimina los pasos subterráneos y destina al caminante una franja continua tachonada de pasos de peatones.

La reforma del Puente de Ventas es una obra con mucha historia detrás: alrededor del puente, y con una empresa municipal creada al efecto, se han construido viviendas, un hotel, oficinas, un nuevo mercado, y se pensó hacer un polideportivo en unas cocheras de Metro.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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