Anónimo ya tiene nombre
Se descubre la identidad del autor de una sátira novelada de la vida de los Clinton y sus íntimos
El presidente norteamericano, Bill Clinton, lo llamó "el secreto mejor guardado de Washington". The New York Times le llamó "un astuto ladrón". Se referían al autor de una novela que irónicamente, revelaba la vida íntima de la Casa Blanca, sin dejar indicio de su propia identidad. En Primary Colors se satirizaba la campaña presidencial de 1992 y se reproducían detalles de la vida privada de los Clinton que sólo una persona de su círculo más próximo podía conocer. Pero la mano anónima que firmó Primary Colors, publicada en abril de 1995, ya tiene nombre. La caligrafía que aparece en los manuscritos originales parece corresponder a la de Joe Klein, un columnista de la revista Newsweek y comentarista de la cadena de televisión CBS.En febrero de este año, Klein desmintió ser el autor de la novela. El martes, sin embargo, no lo negó. Una grafóloga y forense, Maureen Casey Oweris, estudió ejemplos de la escritura de Klein y los comparó con unas correcciones hechas al manuscrito original de Primary Colors. Concluyó que "los dos ejemplos de escritura son totalmente consistentes en ambos documentos".
El misterio se empezó a resolver con la ayuda de un vendedor de libros de segunda mano, quien puso en venta un manuscrito encuadernado, fechado abril de 1995, poco después de la compra por la editorial Random Elouse. Su elevada cotización se debía a un aviso en sus páginas interiores: "CONFIDENCIAL. ¡¡¡Sólo para tus ojos!!!, ¡¡¡No se lo distribuyas a los agentes literarios!!!". En el manuscrito hay correcciones escritas a mano.
El periódico norteamericano The Washington Post se hizo con varios folios con la escritura de Klein. El siguiente paso fue contratar a Owens, antigua jefa del departamento de análisis de documentos de la policía de Chicago.
Owens admite que no ve "ninguna diferencia. Todo se corresponde". No es una prueba tan contundente como unas huellas dactilares, pero Owens asegura que nunca se han visto ejemplos de dos personas con la misma letra, "ni siquiera entre gemelos".
Kathy Robins, la agente literaria tanto de Anónimo como de Joe Klein, se negó a hacer declaraciones. El editor del libro, Daniel Menaker, y el director de Random House, Harold Evans, insinuaron que los cambios en el manuscrito podrían ser suyos. Ninguno de los dos quiso entregar una muestra de su propia caligrafía.
"Dejemos el misterio abierto", dijo Evans. El director de la editorial siempre ha dicho que no conocía la identidad del autor.
Sin embargo, eran muchos los que sospechaban de Klein. El primero en exponer su tesis fue el redactor de los discursos de Clinton, Davis Kusnet. Kusnet indicó en un artículo en The Baltimore Sun que tanto Klein como Anónimo se interesaban por la política en Nueva York y que compartían opiniones similares sobre el racismo. El propio Klein apuntó que Anónimo debía ser un ávido lector de su columna. "Probablemente me haya visto en televisión y puede ser que incluso haya hablado con él alguna vez", dijo.
Siguiendo la pista de Kusnet, Donald Foster escribió un artículo en la revista New York. Basó su hipótesis en el afán que demuestran ambos escritores por utilizar adjetivos con terminaciones poco usuales o inventados.
Klein lleva una buena vida, pero no especialmente opulenta. En julio de 1995 se compró una casa en un suburbio neoyorquino, tiene tres coches a su nombre, el último adquirido hace dos años. Entre sus amistades se comentaba que su hija pregonaba en el colegio: "Mi papá es rico".
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