Ramón
Le recuerdo como si le estuviera viendo. Sentado en una silla en el escenario, vacío de otros muebles, del Palacio de la Música de Barcelona, hablando de su tía Carolina. De su tía Carolina Coronado, la poetisa posromántica. Iba vestido de gris, con pajarita roja, si no recuerdo mal. Fue en 1949 cuando Ramón vino a España desde la Argentina, donde residía, para dar unas conferencias y asistir en Madrid a un homenaje que le tributaron frente a la casa donde nació, en la calle de las Rejas. En el Palau había poca gente. Pero yo no he presenciado en mi vida espectáculo más fascinante, más inteligente y de más alto ingenio que aquella conferencia de Ramón Gómez de la Serna.Me viene a la memoria su figura porque acaba de producirse un acontecimiento cultural de decisiva importancia: ha aparecido el primer volumen de las obras completas de Ramón. Hace años que se hablaba de este proyecto, y gracias a la tenacidad y al talento literario de la hispanista, más que rumana ya española, loana Zlotescu, tendremos ocasión de ver reunida la obra del gran escritor. Hans Meinke, director de Círculo de Lectores, que acomete esta empresa, ha demostrado ya sobradamente su entusiasmo en la difusión de la cultura española. Ahora da pruebas, además, de valor personal. Ramón no es un autor fácil, y su obra requerirá 21 volúmenes. Si fue un vanguardista, sigue siendolo ahora.
loana Zlotescu ha dividido la obra de Gómez de la Serna en espacios literarios. El primer volumen recoge escritos de juventud, con el título de Prometeo I, por el nombre de la revista donde vieron la luz. Seguirán las novelas, el teatro, los ensayos, los retratos, sus "automoribundias" y ese corpus literario tan original que sólo puede llamarse Ramonismo. Y, claro, Madrid. Ramón supo recrear su ciudad. El Madrid de Ramón es mucho más habitable que el de la realidad. "Madrid es llamar a la luna Pepa la frescachona". "Madrid es saber que el relente viene de la plaza de Oriente".O bien: "Madrid es meterse las manos en los bolsillos mejor que nadie en el mundo".
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