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El Gobierno británico decide finalmente enviar otros mil soldados más al Ulster para atajar la violencia

Londres decidió finalmente esta madrugada enviar a otros mil soldados más a Irlanda del Norte para detener la ola de violencia desatada en la provincia a raíz de la prohibición el pasado domingo de un desfile unionista en Portadown, localidad situada a unos 40 kilómetros al sur de Belfast, según confirmaron a France Presse fuentes militares británicas. El nuevo contingente sitúa la presencia militar británica en el Ulster, con 18.500 soldados, niveles superiores a los que había antes del alto el fuego del IRA de septiembre de 1994. Los incidentes violentos se han saldado hasta ahora con 87 detenidos y 86 heridos.

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Uno de los grupos terroristas probritánicos, la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), advirtió ayer que la frágil tregua que aún mantienen los paramilitares protestantes peligra si no se autoriza el desfile de los seguidores de la Orden de Orange por el histórico itinerario. No obstante, la UVF pidió a todos lo implicados que no incurran en actos vandálicos.La policía del Ulster se ha mostrado cada vez más impotente para detener una ola de disturbios que, en la noche del martes al miércoles, incluyó de nuevo decenas de vehículos quemados y carreteras y calles cortadas, en todo el perímetro de Irlanda del Norte. El suceso más grave fue la quema parcial de una iglesia católica -en una jornada en la que los bomberos recibieron 400 llamadas- lo que ha hecho aumentar la tensión en las áreas nacionalistas. Ayer trascendió que 34 familias católicas que vivían en zonas protestantes del norte de Belfast han pedido a los servicios municipales su realojamiento en otras partes de la ciudad tras haber sido objeto de ataques o amenazas.

El miedo a que la situación se deteriore todavía más en vísperas de la fecha clave del 12 de julio, cuando se conmemora la victoria protestante en la batalla de Boyne, de 1690, llevó ayer al líder del Partido Unionista del Ulster, David Trimble, a convocar en una reunión urgente a los líderes de las cuatro iglesias que conviven en Irlanda del Norte: presbiteriana, católica, metodista e Iglesia de Irlanda. El primado católico de Irlanda, cardenal Cahal Daly, interrumpió un viaje a Austria para acudir a Armagh donde, durante una hora, se analizó la grave situación en la provincia.

Los prelados hicieron un esperado llamamiento a la calma y al diálogo, como ya lo habían hecho el primer ministro británico, John Major y su ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew. Pero el grado de enconamiento que ha provocado el sitio de Dumcree permite albergar pocas esperanzas de una inmediata solución.

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