Los radicales atacan a los ediles de Pamplona para boicotear el "riau-riau"

Grupos de personas afines a Herri Batasuna (BB) boicotearon ayer la celebración del tradicional acto del riau-riau, en los sanfermines de Pamplona, agredieron a la corporación municipal y obligaron al alcalde, Javier Chourraut, y a los concejales a abandonar el recorrido previsto amparados por un cordón policial. Chourraut, de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), recibió un puñetazo y múltiples insultos y fue agredido con el lanzamiento de líquidos cuando, acompañado de otros concejales, corría a guarecerse en dependencias de la iglesia de San Lorenzo, en el casco antiguo.

"Se ha tratado de una operación perfectamente diseñada", declaró Chourraut tras los altercados. El alcalde consideró que grupos muy afines" a HB boicotearon el acto, que no se celebraba desde los graves incidentes ocurridos en el año 1991, cuando grupos de jóvenes radicales abertzales intentaron asaltar el Ayuntamiento.La recuperación del riau-riau, un acto tradicional que consiste en el acompañamiento festivo a la Corporación para asistir a las vísperas de San Fermín, fue decidido por el alcalde tras cuatro años de suspensión. A las cinco de la tarde, los ediles, con traje de gala y precedidos de la banda de música La Pamplonesa, salieron a la plaza del Ayuntamiento, donde ya se agrupaban centenares de personas.A los pocos minutos, un grupo de radicales, entre los que abundaban jóvenes que llevaban camisetas con la inscripción "Euskal Herria Askatu", intentó romper la marcha aislando al alcalde y, los concejales de la banda de música, ante la cual bailaban cientos de personas.

La corporación se fragmentó en dos, y Chourraut y la mayor parte de los concejales se vieron obligados a regresar al zaguán municipal. Un segundo intento quedó abortado por las agresiones de que fueron objeto los concejales, zarandeados, golpeados e insultados con gritos como "fascistas", "corruptos" o "PSOE-GAL, berdin da", ("PSOE-GAL, es lo mismo"), proferidos por varias decenas de jóvenes que se enzarzaron en peleas mientras una mayoría de los asistentes estallaba en gritos de "fiestas sí, política no".

Tras una reunión de urgencia en el Ayuntamiento, se decidió intentar salir a la calle por tercera vez. Con el alcalde a la cabeza, un gran grupo de jóvenes y policías municipales logró avanzar unos 50 metros, hasta alcanzar la esquina de la calle de Ansoleaga, Sin embargo, al llegar a este punto arreciaron las agresiones y la integridad física de algunas concejalas, como Lidia Biurrun, de IU, o Maribel Beriain, de UPN, corrió serio peligro.

La Policía Municipal logró abrir un pasillo por el que salieron a la carrera el alcalde y los concejales, que estaban siendo insultados y agredidos. Tuvieron que refugiarse en la iglesia de San Lorenzo. Unos 30 agentes hicieron frente a un grupo de radicales que, lanzando consignas a favor de los terroristas de ETA y de los presos de esa banda, persiguieron a los concejales por la calle. Se produjeron puñetazos y peleas, pero no hubo detenciones.