El precedente de Chernenko

La palabra "corazón" es tabú para los allegados de Borís Yeltsin cuando hablan de la salud del presidente. El equipo de Yeltsin, con la complicidad de las televisiones rusas, trata de hacer creer a la población que éste se encuentra bien y que sólo padece un pequeño resfriado pero que últimamente no ha tenido ningún problema cardiaco.El primer ministro, Víktor Chernomirdin, explicó ayer a los periodistas que esperaban ver votar a Yeltsin que éste ya lo había hecho en las afueras de Moscú, simplemente "porque allí es más fácil, está más cerca" de su residencia de Barvija, y aseguró que el presidente no está enfermo. Y el portavoz presidencial, Serguéi Medvédev, calificó los comentarios de la prensa extranjera sobre la salud de Yeltsin de "especulaciones" sin fundamento.

El más sincero fue Serguéi Filátov, ex jefe de gabinete del presidente y uno de los jefes de su campaña electoral, quien al menos dijo ayer que los médicos habían recomendado a Yeltsin que no fuera a Moscú y habían insistido en que votara en Barvija, aunque aseguró que "el presidente se siente bien". Viacheslav Níkonov, otro dirigente de la campaña del líder ruso, aseguró en tono clandestino que Yeltsin padece una bronquitis. Estas explicaciones de políticos y funcionarios -verdadera tomadura de pelo teniendo en cuenta el historial clínico del presidente-, dan resultado en la gente de a pie, que cree que Yeltsin simplemente "se ha resfriado en un mal momento".

Esta manipulación, que tiene como víctimas tanto a la opinión pública como al propio Yeltsin, recuerda la histórica situación de hace 11 años, cuando se ocultó el mal estado de salud del líder soviético Konstantín Chernenko. Entonces la televisión le mostró votando, pero a las dos semanas tuvo que informar de su funeral.