De emigrante a jefe de Estado
Leonel Fernández es un hombre joven y de notable historial académico. Mulato y doctor en Derecho, el nuevo presidente dominicano, procedente de una familia humilde de Santo Domingo, conoce la dureza de la emigración. Con 11 años jugaba en las calles de un arrabal de Nueva York, adonde sus padres emigraron como tantas otras familias de su país en busca de mayor bienestar. Allí estudió parte de la secundaria.De regreso a Santo Domingo en 1968, Fernández emprendió una veloz carrera universitaria que le llevó a ganar uno de los más codiciados premios académicos de su país: el de estudiante más destacado de la Facultad de Derecho. Años más tarde regresaría a esa misma facultad como profesor de Ciencias Sociales.
Inició sus primeros contactos políticos siempre cerca del carismático líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Juan Bosch, de quien se siente discípulo. Es militante del PLD desde su fundación.
En las elecciones de 1994 concurrió como aspirante a la vicepresidencia de la república en la candidatura liderada por Bosch. La revista Rumbo decía en su último número de Leonel Fernández: "De sólida formación política y militancia en las luchas democráticas en las dos últimas décadas, Fernández ha sido la encarnación de las nuevas generaciones, que cifran sus esperanzas en el relevo definitivo del viejo liderazgo representado por Bosch, Balaguer y, en menor medida, Peña Gómez".
En cuanto a España, Fernández ha advertido que se siente generacionalmente muy cerca del presidente del Gobierno, José María Aznar. No obstante, de quien se ha sentido cerca en la pasada campaña electoral ha sido de Izquierda Unida. Recientemente anunció su intención de desmontar el dispositivo de acogida de etarras que convinieron España y la República Dominicana años atrás y que permite la estancia en este país del líder histórico de la banda terrorista Antxon Etxebeste.
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