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¿Más espacios para los lectores?

Juan Arias

Algunos lectores han venido planteando periódicamente al Defensor del Lector la posibilidad de que el diario dedique más espacio a las Cartas al director, tanto en su sección nacional como en las secciones locales. La argumentación que hace, por ejemplo, Benito Delgado, de Madrid, es la siguiente: cuando salió EL PAÍS, a tantos lectores como él, "a punto de perecer anegados por tantas mentiras, adulaciones y ocultamientos" de la prensa franquista de entonces, les hizo concebir esperanzas de poder contar por fin con una "prensa de información objetiva e imparcial, y hasta avanzadilla de una era democrática". Según el lector, EL PAÍS no sólo se tomó en serio la tarea de informar, sino que contribuyó a que se creara una especie de "escuela de la opinión pública". Y como todas las escuelas que se Precian, también esa escuela de EL PAÍS dio sus frutos: de ella salieron alumnos formados a quienes hoy les gustaría poder contribuir también con sus opiniones "para demostrar la bondad de las enseñanzas recibidas". En tiende el lector que este espacio puede ser sólo el de las cartas al director, y se pregunta si el diario que más contribuyó a formar en la democracia a los españoles que hoy son adultos no podría contar con "un espacio más generoso" para dar a conocer dichas opiniones. El Defensor del Lector no tiene competencia ni posibilidad de obtener mayor espacio para dichas cartas al director, a las que, sin duda, este diario ha concedido siempre un relieve especial y muy superior al de otra prensa, incluso a nivel europeo. Lo que sí entiende es que el problema del coste del papel del diario, que a algunos les está costando, el duro precio del cierre, se ha hecho muy agudo últimamente. Por eso la concesión de mayor espacio a las cartas de los lectores supondría quitárselo a la información. ¿Lo aceptarían el millón medio de lectores diarios de EL PAÍS? Pues precisamente porque los lectores son, como hemos recordado más de una vez, los verdaderos propietarios de la información, lo último de lo, que se les debe privar es de ese espacio informativo que tanto ha contribuido, como muy bien dice el lector" a crear y consolidar la democracia.

Donde sí se puede abrir ahora una mayor posibilidad de participación de los lectores en el diario es a través de EL PAÍS Digital, con la edición de Internet, donde este problema de espacio no existe y en el que han empezado a confluir ya algunas de las cartas enviadas por escrito al director. Ello será más fácil en la medida en que los ciudadanos vayan conectándose a ese nuevo modo de comunicación mundial que Cayetano López definía en este diario el pasado martes como, "una, conversación sin fin".Atentos a los pies de fotosJosé Fernández Lago, de Madrid, se ha dirigido repetidas veces al Defensor del Lector para quejarse "amablemente" de la poca precisión que este diario demuestra a la hora de informar sobre temas náuticos. Recuerda el lector que la náutica, como la medicina o la jurisprudencia, tiene un lenguaje propio que el periodismo debería respetar. Y su queja se refiere esta vez a un pie de foto, un asunto de los más abordados por no pocos lectores a la hora de dirigirse al Defensor del Lector. A veces, en periodismo, creemos que los pies. de foto son algo secundario, que pocos leen y en los que se puede ser más laxos. Pues no. Los lectores los leen más de lo que nos imaginamos, y hasta los leen con lupa, como demuestran sus cartas.

La queja náutica de José Fernández se refiere a un Pie de foto aparecido el 25 de junio en una información acerca de "un choque de un pesquero danés contra un barco de Greenpeace". El pie de foto decía: "El barco danés Matte Eliasen embiste al Sirius, de Greenpeace, ayer, en el mar del Norte". El lector recuerda que el verbo embestir sería mejor dejarlo para los toros. Que los barcos "abordan" o "alcanzan", que son los términos usados en náutica, pero que no "embisten". Pero, además, la foto publicada ilustra exactamente lo contrario, ya que es el barco ecologista Sirius el que está abordando al danés Matte Eliasen, pues, como explica el lector, "está alcanzando el costado de estribor del Matte, ya que se aborda o alcanza a un barco por la proa", como los toros, que embisten con los cuernos y no con el rabo.

El lector tiene razón. Lo que ocurre es que la foto publicada por el diario era de la agencia británica Reuter. El Defensor del Lector ha examinado el pie de foto original, en el que se lee: "Danish fishing vessel Matte Eliasen strikes Greenpeace ship MV Sirius". Y aunque en la foto aparece claro que es el Sirius el que aborda al Matte, se prefirió dejar el pie de foto original. Nuestro error fue usar el verbo taurino "embestir" en vez del náutico "abordar".

Desde San Sebastián escribe José Antonio Navarro subrayando que es la primera vez que se dirige al Defensor del Lector para quejarse de un error. "Se trata", dice, "de la fotografía de contraportada de la edición del 5 de junio pasado. En el pie de la foto se señala que el espectacular edificio es la sede central de General Motors. Pues bien, no es tal sede, sino un complejo de hotel, oficinas y centro comercial llamado RenCen (Renaissance Center). La sede de GM está, efectivamente, en Detroit (en New Grand Boulevard), pero bastante alejada de RenCen". Y añade: "Evidentemente, el mundo va a seguir girando a pesar de dicho disculpable error, pero quería aprovechar la ocasión para felicitar en vuestro 200 aniversario a todos, los que hacéis día a día EL PAÍS. Es un periódico con el que he pasado muchos minutos de casi todos los días de los últimos 12 años (tengo 30), y que empecé a leer por los artículos que publicaba semanalmente García Márquez, hasta que poco a poco me enganchó y... hasta la fecha".

En cuanto a la foto, el lector de San Sebastián tiene razón que el enorme edificio que aparece en la última página era el RenCen y no la sede de General Motors en Detroit. Lo que ocurre es que ahora va a ser la nueva sede de General Motors, ya que esta empresa acaba de comprar el edificio para convertirlo en, su nueva sede. La aclaración aparecía en el pie de la foto enviada por Reuter, en la que se especificaba que General Motors había pagado ya una, parte del precio convenido por la compra del edificio. Nuestro pie de foto, sin duda, se olvidó de decir que dicho edificio será pronto la nueva sede de General Motors, pero que aún no lo es.

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