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Los socialistas griegos optan hoy por la modernización o la continuidad

ENVIADO ESPECIAL Los socialistas griegos entraron ayer en la recta final de su primer congreso de la era pos Papandreu con una gran polarización interna. Los más de 5.000 delegados que asisten a esta cuarta conferencia del Partido Socialista Panhelénico (PASOK) debe rán elegir esta noche al nuevo líder del partido entre el primer ministro Costas Simitis y el ministro del Interior, Akis Tsohat zopulos, o lo que es lo mismo, entre la modernización tecnocrática y la continuidad histórica, entre un mensaje político más centrista o la fidelidad a los principios populistas y nacionalistas de Andreas Papandreu.

El desafío lanzado por Simitis en la apertura del congreso -"si no soy elegido presidente del partido dimitiré como primer ministro"- ha sido interpretado como un "chantaje inaceptable" por sus adversarios.

Simitis fue contestado el viernes por su rival Akis Tsohatzopulos, quien abogó por una dirección colectiva como garantía de unidad interna y por mantener la letra y el espíritu de las ideas de Papandreu. "No estamos en este congreso para desarrollar nuevas visiones. Tenemos una Visión y es el socialismo con el que nos comprometimos en 1981 [año de la primera victoria electoral de Papandreu]", dijo Tsohatzopulos, que añadió a continuación entre los aplausos de los delegados: "El socialismo es una forma de ser, no de hacer números". El candidato continuista pudo decirlo más alto, pero, no más claro: "Elegimos un nuevo primer ministro en enero, porque Papandreu renunció, no porque su política hubiera fracasado o fuera rechazada".

A 24 horas de que concluya el congreso nadie se atreve a pronosticar un ganador.

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