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Entrevista:LA LUCHA POR EL KREMLINAlexandr Lébed Secretario del Consejo de Seguridad de Rusia

"Los delincuentes se han apoderado de Rusia"

El general Alexandr Lébed ve con buenos ojos un Gobierno de coalición con los comunistas para que apliquen sus ideas sociales, y afirma, al referirse al destituido ministro de Defensa Pável Grachov, que nunca le llegó a acusar de intentar un golpe de Estado.Pregunta. ¿Quedar tercero en la primera vuelta del maratón electoral fue una sorpresa agradable o esperaba un mayor número de votos?

Respuesta. Contaba con un 18% o un 19%. El resultado ha sido ligeramente inferior, lo que significa que todavía no me ha llegado el momento. Sin embargo, ha sido una victoria.

P. ¿Por qué se ha decidido tan rápidamente por Borís Yeltsin?

R. Porque en nuestro país compiten dos ideas, ambas con casi igual número de partidarios: una vieja y decrépita que exigió a nuestro país 12 millones de muertos, y una nueva conforme a la cual hoy vive todo el mundo.

P. ¿Quiere cambiar el curso de la reforma o al presidente?

R. El lado práctico de las reformas debe ser mejorado... No me parece útil susurrar cosas al oído del presidente.

P. ¿Qué papel ha desempeñado en su decisión el hecho de que Yeltsin declarase que veía en usted a su sucesor en el año 2000?

R. Ninguno. Eso me deja completamente frío. Ya sabe: no soy un hombre impaciente.

P. ¿Considera que el comunista Guennadi Ziugánov pueda ser un interlocutor?

R. Precisamente acabamos de hablar ahora. El líder del grupo mayoritario de la Duma y el secretario del Consejo de Seguridad siempre tendrán algo de qué hablar: Forma parte de mi trabajo.

P. ¿Satisface sus ambiciones no haber llegado a ser el amo del Kremlin, sino un funcionario como secretario del Consejo de Seguridad y asesor de Yeltsin en esa materia?

R. Por supuesto que no. Es una etapa intermedia. Ahora tengo la ocasión de cumplir mis promesas electorales: orden en el país y seguridad para los ciudadanos.

P. ¿Qué atribuciones ha asumido para ello?

R. Deseo poderes adicionales del presidente. En cuanto los tenga, se harán públicos. No tiene ningún sentido hablar de ello de antemano.

P. Antes que usted desempeñaron estas funciones personas ambiciosas que después fueron destituidas sin miramientos.

R. ¿Y bien?

P. ¿No teme ese carrusel de altos cargos?

R. Ya en el colegio aprendí a sentarme bien y durante mucho tiempo en mí asiento.

P. ¿Qué es lo primero que va a hacer?

R. Poner orden en toda la estructura. El Consejo de Seguridad debe ser un órgano de trabajo que funcione. Todo lo demás es secundario.

P. Yeltsin todavía no ha ganado las elecciones. ¿Hará alguna recomendación a sus votantes para la segunda vuelta entre Yeltsin y Ziugánov?

R. A mí me han dado su voto personas autónomas. No voy a comerciar con ellas. Tampoco habrá ningún llamamiento. Pero debo dejar clara mi postura actual; mi decisión a favor de la nueva idea. El 80% de mis electores me comprenderán y votarán en consecuencia.

P. A Borís Yeltsin le interesan por encima de todo los votos que usted aporta.

R. No. Ante las urnas todos los ciudadanos están completamente solos.

P. ¿Ha causado desilusión entre sus partidarios su unión con la oligarquía de Moscú?

R. No me he decidido por unas personas, sino por una idea. ¿Acaso me propone que tome una decisión a favor del comunismo? El pueblo ya ha tomado la suya, nos guste o no. Hay dos hombres que compiten entre sí: Yeltsin y Ziugánov. Quien no se decida ante esta situación está políticamente muerto.

P.¿Está a favor de incluir representantes del Partido Comunista en un Gobierno de coalición?

R. Evidentemente. Quien quiera tranquilidad, paz y establilidad no tendrá éxito sin un Gobierno de coalición. Tampoco es muy sensato dar a alguien la oportunidad de limitarse a criticar sin que nunca tenga que demostrar que lo puede hacer mejor. Si los comunistas se preocupan realmente, más que nadie, del bienestar de los trabajadores, deberían ocupar el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

P. Yeltsin ha explicado que quiere adoptar "todo lo bueno" de su programa. ¿Qué significa esto?

R. En el programa del presidente, la reforma del Ejército y la lucha contra la criminalidad organizada dejaban un poco que desear.

P. Orden: con esta palabra se puede resumir toda su campaña electoral. ¿Qué orden quiere usted junto a Yeltsin?.

R. Para mí, orden significa que la gente pueda enriquecerse junto con su país, y no a costa del mismo. El orden es un Estado que garantice protección y defensa a todos sus ciudadanos, no sólo a los ricos. El orden a lo Lébed es la garantía de libertad para los negocios honrados. Los delincuentes se han apoderado del país. La entrada en el mercado es imposible para la mayoría debido al cobro chantajista de dinero a cambio de protección, a los impuestos insoportables, al fraude y a la corrupción. Ese círculo vicioso se tiene que romper con decisiones presidenciales bien dirigidas.

P. Su nombramiento estuvo unido a la destitución del ministro de Defensa, Pável Grachov. ¿Pidió la cabeza de su compañero de armas?

R. No soy rencoroso; las cosas han salido así. El ministro de Defensa estaba desgastado. Permitió que el Ejército vegetara en condiciones inhumanas. Yo no podía tolerar más esa situación, porque amo al Ejército.

P. Ha acusado públicamente a Grachov de golpista.

R. ¡Que no cunda el pánico! Yo no utilicé las palabras "golpe de Estado". Pero la dirección del Ejército intentó ejercer presión sobre el presidente.

P. -¿Cómo?

R. Algunas personas de su entorno querían inducir al ex ministro a movilizar las tropas para realizar manifestaciones de protesta contra su relevo, es decir, una pequeña rebelión. También estaban previstos llamamientos al comandante en jefe.

P. ¿Qué medidas adoptó?

R. Preventivas. El general de servicio en la central de comunicaciones del Estado Mayor recibió instrucciones de no transmitir ninguna orden del ex ministro a las tropas. Después hablé con el comandante de las tropas aerotransportadas de Moscú. Se envió a todas las unidades una circular con la siguiente advertencia: "Respetamos la Constitución". Así se mantuvo la calma. Yo siempre soy partidario de las medidas preventivas.

P. ¿Qué quería conseguir Grachov con todo eso ?

R. Esperaba lograr algo de la presión sobre el presidente de un enfrentamiento. Yo reaccioné como alguien que acaricia la cabeza a un niño y le dice: "Venga, ahora sé bueno".

P. Grachov advirtió antes de la primera vuelta de las elecciones que los cargos decisivos del Ejército estaban ocupados por gente que le era fiel.

R. No son más que delirios de grandeza. No hay que tomarlo en serio.

P. Usted desea una Rusia poderosa con un Ejército fuerte y responsable. ¿Qué puede hacer?

R. En primer lugar asegurar que el soldado reciba regularmente su paga. El Estado debe cumplir con sus obligaciones. No es admisible que un oficial tenga que recurrir a ingresos adicionales; si empieza a proteger comercios, deja de ser un soldado.

P. Con su nuevo cargo se convierte usted en el responsable directo de la solución del conflicto del Cáucaso.

R. Es absurdo dejar existir en el interior del propio país un enclave cuya población odia profundamente a su supuesta patria, desprecia sus leyes y no paga impuestos.

P. ¿A qué vías nuevas quiere recurrir allí?

R. Se puede empezar por hacer que Chechenia sea independiente del presupuesto estatal ruso. En Chechenia ya han desaparecido siete billones de rublos.

P.¿Está usted dispuesto a conceder a los chechenos la plena soberanía?

R. Deben expresar su voluntad en un referéndum. Si el pueblo quiere la independencia, pues que la tenga.

P. ¿Se ve como presidente de Rusia en el año 2000?

R. Puede que incluso antes del año 2000 sea presidente.

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