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Dos años y tres meses de prisión para el chófer del accidente de Torreblanca

En el siniestro, ocurrido en agosto de 1992, fallecieron 46 personas

Rafael Casado, el conductor del autobús siniestrado en Torreblanca el 19 de agosto de 1992, ha sido condenado, por la sección primera de la Audiencia de Castellón a dos años y tres meses de cárcel y a la suspensión del permiso de conducir durante tres años por un delito de imprudencia temeraria. En el accidente perdieron la vida 46 personas. La sentencia rechaza que el acusado, de 49 años, perdiera la conciencia a causa de su diabetes y atribuye el siniestro al exceso de velocidad y la distracción del conductor.

La condena incluye 26.330.000 pesetas de indemnización a algunos familiares de las víctimas que aún no han sido compensados, así como al, chófer suplente, Rafael Bernat, por las heridas sufridas, y al propietario del autobús, Emiliano Pascual, por los daños en el vehículo, valorados en nueve millones de pesetas. No obstante, el tribunal remitirá las pruebas testificales del juicio al Juzgado de Instrucción de Cornellá (Barcelona) para que determine si Emiliano Pascual es autor de un delito contra la seguridad en el trabajo, ya que algunos conductores afirmaron que conducían más horas de las permitidas, entre otras irregularidades.La asociación de familiares de las víctimas se mostró satisfecha ante la posibilidad de que Pascual también sea juzgado. Las acusaciones particulares reclamaban hasta 12 años de cárcel para el conductor y la retirada del carné de conducir de por vida.

La Audiencia de Castellón atribuye las causas del accidente a la "gravísima distracción" del chófer, que conducía "desatento" y únicamente pendiente de la línea blanca horizontal delimitadora de calzada y arcén". Prueba de ello, según el tribunal, es que Casado tomó una salida que no estaba prevista.

La sentencia dice que Casado circulaba a una velocidad muy superior a la permitida -el tacógrafo, que había sido manipulado, marcaba una velocidad de unos 100 kilómetros por hora en el momento del accidente, pese a la existencia de señals que la limitaban a 40- y debió detener el vehículo al sentirse cansado.

El portavoz de la asociación de víctimas, José María Torroba, adelantó ayer que piensan recurrir el fallo (al igual que la defensa) al Tribunal Supremo, informa Blanca Cía. No obstante, las víctimas valoran que la sentencia abra la posibilidad de que el empresario, Emilíano Pascual, se siente en el banquillo, "Nosotros siempre hemos perseguido que el empresario respondiera ante la justicia por las condiciones en que trabajaban los conductores a su servicio. Por obligarles a conducir más horas de lo permitido y por muchas otras irregularidades que son responsabilidad suya", explicó Torroba.

La sentencia rechaza responsabilizar por el siniestro a la Guardia Civil de Tráfico. Los agentes detuvieron el autobús momentos antes del siniestro y, aunque observaron que la documentación no estaba en regla -el autocar circulaba clandestinamente y no había pasado la ITV-, no inmovilizaron el vehículo.

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