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EURO 96

La prensa británica reconoce la superioridad española

No es frecuente que The Observer, el más elegante de los dominicales británicos apueste por la vulgaridad en ninguna de sus informaciones. Sin embargo, ayer, incluso este modélico rotativo no pudo resistir la tentación de seguir a los tabloides en la elección del titular de la principal crónica deportiva dedicada a la jornada futbolística del sábado. "Seaman hunde la Armada".Es una mera broma, pero hay algo de patológico en el uso y abuso de símiles bélicos en la prensa del Reino Unido. Pese a ello, por debajo del titular, las crónicas de sus periodistas deportivos coincidían ayer en ponderar la calidad del juego español frente a Inglaterra, reconociendo -lo que no pudo hacer la BBC- la absoluta legalidad del segundo gol anulado y del penalty cometido por Paul Gascoigne a Alfonso Pérez. Una vez con el triunfo en la mano, la magnanimidad británica se impone.

"Inglaterra ha pasado a las semifinales, ...pero habrá muchos que estén de acuerdo con la opinión de Javier Clemente de que España fue el equipo superior", declara Paul Wilson, en la crónica de contraportada del dominical The Observer.

lan Ridley, en Independent on Sunday, reconoce que la victoria inglesa fue "de algún modo fortuíta y costosa". El cronista continúa: "Según un tabloide, España trajo la sífilis; pero lo que ayer [por el sábado] nos dieron fue una exhibición de disciplinada defensa y fútbol de pase puro que podría haberles merecido la justa recompensa de no ser por un discutible off side y un penalty no pitado".

Ahora, los alemanes

La tónica es válida en los dominicales más conservadores. Por ejemplo, pese al titular combativo de la primera página del periódico, "Los españoles están fuera que nos traigan ahora a los alemanes", Colin Malam en The Sunday Telegraph comienza su artículo con esta rotunda y significativa frase: "Inglaterra alcanzó las semifinales de la Eurocopa 96 de la manera menos satisfactoria. Sólo una tanda de penalties permitió al equipo ganar al siempre superior conjunto español".Claro que, como el propio Malam señala, "la vía del triunfo le importaba bien poco a la afición de Wembley". Aun así el comentarista continúa enumerando todas las desgracias españolas del pasado sábado. "Dos goles anulados, sólo uno de los cuales merecía esta sentencia, y la negación de lo que parecieron ser dos legítimas reclamaciones de penalties".

El más duro con el arbitraje era Patrick Barclays, en el mismo dominical. "Siempre hemos oído hablar de las ventajas de casa, pero esto ya fue ridículo. Uno hubiera pensado que el árbitro francés y sus jueces de línea llevaban los tres leones en el pecho [emblema de Inglaterra] en vez del mensaje de fair-play de sus mangas".

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