Del 'bel canto' al flamenco, intérpretes españoles unidos
En el Palacio Municipal de Congresos del recinto ferial Juan Carlos I se cerró el Día Internacional de la Música con una gala que reunió a relevantes intérpretes de diversos géneros musicales. Organizada por, la Asociación de Interpretes y Ejecutantes (AIE), la noche española transcurrió con gran celeridad y según el horario previsto. Hasta el momento del cierre de esta edición, eran nueve los artistas que habían desfilado por el escenario, representantes del bel canto al flamenco, pasando por vocalistas e intérpretes.Abrió el festival el director de orquesta Luis Cobos, directivo de la Asociación de Intérpretes o Ejecutantes, al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid, con la que acompañó la Paloma San Basilio, quien tras su canción All the people, señaló: "La música es el idioma que todos entendemos el que todos podemos hablar".Luz Casal, que intervino para terminar la primera parte, fue precedida por la guitarra de Vicente Amigo, el cantante Alberto Cortez, los pianistas Anatoli Pouvzoun -que fue el único participante extranjero- y Lidia Rendón, así como por los cantantes de ópera José A. Campo y Ainhoa Arteta, que interpretaron fragmentos populares de zarzuela.
Las diversas actuaciones, entre las que se intercalaron apariciones orquestales del maestro Enrique García Asensio, se sucedieron sin ningún tipo de presentación, y proporcionaron la sorpresa del cantaor José Mercé, que no figuraba en el programa.Por la ciudad
Los actos se multiplicaban entre tanto por toda la ciudad. En la presentación de la revista Melómano en el Círculo de Bellas Artes, el público disfrutó con la audición de breves fragmentos de algunas de las obras que se recomiendan en este primer número de la revista: El retablo de maese Pedro, de Falla, y un lieder de Strauss, entre otros.
El periodista Fernando Delgado elogió la labor de divulgación popular prestada por un programa radiofónico como Clásicos populares. "La música no es una expresión reservada a círculos privilegiados. Con ella entramos en el recinto de los dioses, un recinto abierto al goce de todos".
Mientras, la fiesta llegaba a su fin entre Preciados y El Carmen. El número callejero. Además de periodistas y organizadores, Germán Coppini, que actuaba después, podía ser el único que estuviera allí sabiendo que el concierto finalizaría siendo un éxito. Había pasado un tiempo viendo la actuación sin que nadie le molestara, salvo algún espectador despistado que le preguntaba: "Oiga, y aquí, ¿quién toca?"
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