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Rojo advierte a la banca sobre la guerra del activo

"Las carteras de las entidades de crédito españolas muestran en este momento un grado de saneamiento satisfactorio". Esta afirmación de Luis Ángel Rojo ante el Consejo de Gobierno del Banco de España fue su primera aproximación a la situación de bancos y cajas. Esta solvencia viene determinada primero por el aumento de resultados antes de impuestos -los de bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito crecieron el 13% en 1995 y casi se ha triplicado en el primer cuatrimestre de 1996- que, a su vez han procurado un crecimiento de los recursos propios de 800.000 millones durante el año; y después, por la reducción de la morosidad "que persiste en los primeros meses del año actual".Las buenas noticias, para Rojo, suelen envolver advertencias. El gobernador entiende que los buenos resultados de 1995 se debieron a tres factores: reducción de las dotaciones para provisiones; buenos resultados de la cartera de fondos públicos y, "en menor medida", el ajuste de los gastos de explotación. Recordó que "el capítulo más importante de la cuenta de resultados de las entidades bancarias, el margen de intermediación, cae de modo sistemático desde hace varios años". Rojo recomienda: "Hay que aceptar ( ... ) una compresión permanente de los márgenes de intermediación, aunque conviene indicar enseguida que ahora se están moviendo en la zona en que lo hacen los de otros sistemas".

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Equilibrios financieros

El gobernador ensaya su admonición más seria en tomo a la guerra del activo. "La lucha de las entidades por hacerse con una parte mayor de la demanda de crédito les ha llevado, en algún momento ( ... ) a hacer ofertas que pueden implicar algunos riesgos", afirma. "Pero las entidades no pueden descuidar, al diseñar sus ofertas, que éstas deben respetar en todo caso unos equilibrios financieros básicos, ( ... ) que comprenden no sólo el coste de la financiación y los gastos comerciales y de gestión, sino también una prima por riesgo de falencia. calculada con criterios de banquero prudente".El Banco de España obtuvo en 1995 unos beneficios de 592.500 millones de pesetas, el 141,32% más sobre los 245.400 millones conseguidos en 1994. Este aumento fue posible gracias a una subida de los ingresos brutos (28,94%), hasta 981.300 millones y una caída (24,53%) en los gastos totales, que fueron de 389.100 millones. En la reducción de gastos influyó la rebaja en 184.000 millones de pesetas en las dotaciones a fondos especiales, hasta los 28.400 millones, como consecuencia de la aportación que en 1994 tuvo que hacer para el saneamiento de Banesto.

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