Deporte para engordar
La Eurocopa 96 tendrá lamentables secuelas estéticas en la población británica, y presumiblemente, en la europea. Expertos en este tipo de cuestiones han calculado ya con precisión extrema los kilogramos de más que pueden acumularse, notablemente en el abdomen, por parte de los ciudadanos que opten por la condición de espectadores pasivos y se traguen, en directo o vía televisión, esta auténtica empanada de partidos -en total 31-. Claro que no se trata de que se traguen los partidos, sino lo que acompaña a este ejercicio: comida y bebida durante las casi dos horas de cada encuentro. La Eurocopa puede costar una media de dos kilos por espectador.Si a las sesiones de una media de cuatro horas de retransmisiones deportivas durante el mes de junio se suman las interminables veladas de televisión que prometen los Juegos Olímpicos de Atlanta que se celebran el mes que viene, el resultado puede ser catastrófico. Varios especialistas en nutrición han hecho llamamientos al público en general para que no se acomode en el sofá, cerveza en ristre, durante interminables horas de espectáculo deportivo. Hagan un esfuerzo, salgan por lo menos a comprar el pan, den una vuelta a la manzana, claman los defensores de la vida sana.
De momento, los únicos que parecen haber prestado oído a estos avisos agoreros han sido los hinchas escoceses. Después del derroche de energías que demostraron en el estadio de Wembley, decenas de seguidores de la selección de Escocia acamparon en el centro de Londres, donde pasaron un fin de semana lleno de actividad. Largos paseos de los hoteles a los pubs y un poco de acción con los hinchas ingleses, que se saldó con más de sesenta detenciones el sábado por la noche, han colmado las necesidades de ejercicio de estos aficionados para el resto de la Eurocopa. Eso sin contar con que, una vez eliminada Escocia -lo que parece bastante probable-, algunos ni siquiera encenderán la televisión.
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