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El director del FBI acusa a Clinton de aprovecharse de la policía secreta para investigar a mas de 400 personas

Antonio Caño

El director del FBI, Louis Frech, ha acusado a la Casa Blanca de aprovecharse de esa institución policial para cometer "flagrantes violaciones de privacidad" con la inspección de más de 400 archivos secretos de distintas personas, entre ellas algunos dirigentes republicanos. Este episodio, sobre el que la oposición ha anunciado una investigación parlamentaria, está dando lugar a la más seria controversia política en la que se ve envuelto el FBI desde el escándalo del Watergate.En un informe hecho público en la noche del viernes, Louis Freeh se acusa también a sí mismo de no haber impedido que la Casa Blanca revisara documentos para los que, según él, no existía justificación. Pero aseguró que el FBI fue sólo "una víctima" de este suceso y prometió que jamás volverá a ocurrir una cosa así. "El sistema de facilitar archivos a la Casa Blanca está basado en la buena fe y en el honor. En este caso, desafortunadamente, fuimos las víctimas", declaró Freeh.

El portavoz de la Casa Blanca, Michael McCurry, dijo que no comprendía el informe de Freeh, e insistió en que la información contenida en los archivos solicitados nunca fue utilizada con fines políticos.

Entre finales de 1993 y comienzos de 1994, la Casa Blanca solicitó más de 400 archivos del FBI sobre personas con acceso a la Casa Blanca, desde el jardinero hasta el ex secretario de Estado, James Baker. El propósito de esa consulta era, según la presidencia, la actualización de las credenciales por razones de seguridad. Pero los archivos quedaron en poder de la Casa Blanca hasta el pasado día 6, cuando los republicanos destaparon esta supuesta irregularidad.

Entre las personas cuya información fue revisada están antiguos colaboradores de Ronald Reagan y el actual jefe de prensa del presidente de la Cámara de, Representantes, Newt Gingrich. Otro de los investigados fue Billy Ray Dale, el antiguo jefe de la Oficina de Viajes de la Casa Blanca, sobre el que, según la oposición, el Gobierno buscaba información para su procesamiento por delitos financieros.

La forma en que el presidente Bill Clinton depuró la Oficina de Viajes es uno de los asuntos bajo investigación por el fiscal especial del caso Whitewater, Kenneth Starr.

Al haberse producido esa vinculación con Whitewater, a través de la Oficina de Viajes, Starr tiene ahora autoridad para investigar también el caso de los papeles del FBI, lo que ha prometido hacer. Clinton había asegurado que la consulta de los archivos fue tan sólo un error por el que pidió disculpas. Pero los republicanos creen que se trató de obtener intencionadamente información contra sus rivales. "No basta con que el presidente pida disculpas. Necesitamos una investigación", dijo el candidato republicano a la presidencia, Bob Dole.

La Casa Blanca asegura que se trata de un lamentable fallo burocrático. Según la presidencia, a mediados de 1993, el servicio secreto elaboró una lista de antiguos funcionarios que podrían seguir necesitando credencial para entrar en la Casa Blanca. Para ello se requiere una comprobación del FBI, Rutinariamente, el FBI fue enviando los archivos de las personas de esa lista, que quedaron en la Casa Blanca sin que nadie más les prestase nunca atención.

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