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La policía francesa da por desarticulada la red de infraestructura y apoyo a ETA en Bretaña

Enric González

ETA ya no dispone de redes de apoyo en Bretaña. La policía francesa da por concluida la desarticulación de las estructuras creadas por la banda terrorista, desde mediados de los años ochenta, para acoger y ocultar a activistas. "La investigación está terminada y, salvo cuestiones puntuales, lo que resta es cosa de los jueces" declaró ayer Patrick Riou, coordinador de la lucha contra ETA en el Ministerio francés del Interior. Riou agregó que la cooperación franco-española en materia de seguridad está en su mejor momento: "No hay malentendidos ni sobreentendidos" afirma.

El nuevo impulso a la cooperación entre Madrid y París se plasmará el próximo 18 de julio en un conjunto de medidas acordadas, durante un seminario inteministerial previsto en la capital francesa.Las operaciones policiales en Bretaña se desarrollaron en dos fases. La primera, culminada con los juicios celebrados en París en diciembre pasado, supuso la detención de 81 personas, de las cuales 38 eran de nacionalidad francesa y el resto españoles, y se cerró con 71 condenas.

La segunda fase, que incluyó las detenciones de Ignacio Etxebarri Martín, Mortadelo, y del comando de Álvaro Arri Pascual, Munipa, se efectuó entre enero y febrero y llevó ante el juez a 33 personas, de las que 18 han sido procesadas y están en libertad condicional a la espera de juicio.

Las redes de apoyo a ETA en Bretaña empezaron a crearse en torno a 1984, cuando las actuaciones de los GAL y, sobre todo, las medidas administrativas de dispersión de los exiliados adoptadas por el Gobierno de París obligaron a numerosos fugitivos de la Justicia española a abandonar el País Vasco francés y buscar nuevo acomodo en otras regiones más al norte.

Bretaña fue la región donde se concentraron por varias razones. Entre ellas, la extraordinaria hospitalidad de sus habitantes, la existencia de un movimiento nacionalista pequeño pero muy arraigado, los viejos contactos de los pescadores vascos y bretones y la relativa proximidad geográfica.

Protestas

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La actuación de la policía despertó muchas susceptibilidades en Bretaña. La detención de personas localmente muy respetadas y la sensación de que se tomaba a ETA como excusa para hostigar al nacionalismo bretón dieron lugar a movimientos de protesta, en algunos casos bastante generalizadas. Diputados y dirigentes bretones de todas las tendencias encabezaron en febrero y marzo pasado varias manifestaciones.El trabajo policial era delicado porque, efectivamente, había familias que alojaban a ciudadanos vascos en situación ilegal con la mejor voluntad, convencidas de que España no había cambiado apenas después de la dictadura franquista y de que los atentados y asesinatos de los GAL eran la mejor prueba de ello. También entre los exiliados había personas cuya única relación con el terrorismo era familiar.

El actual ministro del Interior, Jean-Louis Debré, tuvo que organizar una campaña de información en Bretaña, con el envío de cartas personales a los cargos públicos, para explicar la verdadera situación y tratar de calmar los ánimos.

"Ya no existe la estructura de albergue de ETA ni hay manifestaciones de protesta. Todo ha vuelto a la normalidad", señló ayer Patrick Riou. Para el responsable plicial, la opinión pública francesa ha tomado, en los últimos años, mucha mayor conciencia respecto a la realidad y la gravedad del fenómeno del terrorismo de ETA.

"No hay más que ver el reciente caso de Bayona [en el País Vasco francés]. La gente aprobó las expulsiones de los vascos", dijo Riou, en relación al desalojo de la catedral de una decena de deportados y la entrega posterior de la mayoría a la policía española.

La cooperación antiterrorista entre España y Francia, que ha sido considerada eficaz durante los últimos años, ha alcanzado un nivel óptimo en las últimas semanas. "Las recientes reuniones entre el presidente de la República francesa, Jacques Chirac, y el presidente del Gobierno español, José María Anar, y de los dos ministros del Interior, Jean-Louis Debré y Jaime Mayor, han marcado un nuevo impulso político y, a nivel técnico, el entendimiento ahora es total", manifestó Riou.

El nuevo impulso político está previsto que se concrete en un conjunto de medidas antiterroristas a adoptar en el seminario ministerial franco-español que se celebrará el 18 de julio en París. A España le interesa la lucha contra ETA. A Francia, mantener a raya a los islamistas violentos. Pero Rioti rechaza que se produzca una especie de intercambio mercantil de favores.

"Se dice que cambiamos miembros de ETA por fanáticos islámicos, pero eso implica un mercadeo que no existe", explica el responsable policial francés. "Sabemos que la cuestión islámica es menor para España y que las bases integristas están en otros lugares", añade, "pero también pensamos, en Madrid y en París, que dentro de 10 años el problema será más grave para ambos países. Por eso ya colaboramos desde ahora en ese terreno".

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