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95 diputados británicos piden un referéndum sobre Europa

Un proyecto de ley para celebrar un referéndum sobre el tipo de integración en Europa que desea el Reino Unido obtuvo ayer el respaldo de 95 diputados en el Parlamento británico, lo que representa la luz verde para ser debatido en una futura sesión. El proyecto, presentado a título privado por Bill Cash, uno de los más radicales euroescépticos de la familia tory, tiene escasísimas posibilidades de convertirse en ley, pero encierra en sí mismo la semilla de la discordia en el Partido Conservador, acosado desde el flanco derecho por el Partido del Referéndum del multimillonario James Goldsmith, partidario de que el Reino Unido abandone la Unión Europea.Pese a los esfuerzos del primer ministro, John Major, de interpretar la propuesta de Cash como una pequeña muestra de rebeldía inocua, parece cada vez más evidente que la única opción de los conservadores es jugar a todas las cartas en las relaciones de su Gobierno con la comunidad. De hecho, el proyecto logró el respaldo necesario para recibir una primera lectura, gracias al apoyo de 80 diputados tories, a los que se sumaron 13 laboristas y dos liberal demócratas. El alto número de conservadores dispuestos a apoyar esta iniciativa demuestra hasta qué punto los diputados tories se sienten amenazados por la ofensiva de Goldsmith, que ha prometido colocar un candidato propio en cada una de las circunscripciones en las que los conservadores no apoyan la consulta sobre Europa.

Dinero de Goldsmith

Ayer, Bill Cash reconoció haber recibido apoyo económico de Goldsmith, quien acudió como invitado junto al propio Cash y otros destacados euroescépticos a una reunión del Grupo Conservador Filosofía celebrada en el domicilio del ex secretario del Tesoro Jonathan Aitken.Desde que el Gabinete optara hace meses por posponer el referéndum sobre la moneda única a una nueva legislatura conservadora -caso de que ésta llegue- y dejara muy claro que la consulta se circunscribirá a la estricta cuestión económica, los euroescépticos no han parado de minar los principios de esta decisión.

El primer ministro defendió, sin embargo, la política europea de su Gobierno, resumida recientemente en el Libro Blanco sobre Europa que traza una línea de integración moderada. "El futuro del Reino Unido está en Europa", dijo Major, "y el papel del Gobierno es luchar por los intereses británicos" en la UE.

Major insistió en que Goldsmith no va a cambiar la política europea del Gobierno conservador, por más que lo intente, y recordó al líder de la oposición, Tony Blair, que la línea de su Partido Laborista ha sido siempre antieuropea. A los laboristas ese recordatorio les dejó fríos. Tenían fiesta con el resultado de la votación. "Con tantos parlamentarios desafiando la política del partido, Major está cada vez más humillado", señaló un portavoz.

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