El homicida pensaba construir un 'zulo' para protegerse
Los vecinos coinciden en señalar que Jesús Andrés Iglesias era un hombre "raro, desequilibrado y solitario", con cierta fobia a las fuerzas de seguridad y un claro sentimiento de "manía persecutoria". Algunos habían apreciado que estaba más "arisco y callado" desde que su madre y su hermana abandonaron el domicilio. Por la noche solía despertar a sus vecinos con disparos al aire y con gritos e insultos.Hacía aproximadamente un mes que había instalado barrotes de hierro en varias ventanas de su domicilio y en alguna ocasión había comentado que iba a montar un zulo para protegerse de los que le perseguían. En los últimos días no abría a nadie cuando llamaban a su puerta.
El Gobierno Civil confirmó que su permiso de armas, como cazador que era, estaba en regla. Curiosamente, hace días fue designado miembro de un jurado, según algunos convecinos.
Tenía siempre el casete a todo volumen y, si protestábamos, nos insultaba y amenazaba", relató ayer otro vecino. Iglesias había cobrado cierta cantidad de dinero tras abandonar una explotación lechera de su propiedad, con una docena de vacas. Sus principales ingresos procedían de la recogida de cereal de varias fincas, según Manuel Diez, de 77 años, un agricultor del pueblo.