2.500 vecinos se manifiestan contra el peligroso paso de la N-VI por Guadarrama

Guadarrama se alzó ayer contra nueve kilómetros de bajada mortal. El accidente múltiple del jueves (con ocho vehículos involucrados y seis heridos) fue el detonante que ayer sacó a la calle a 2.500 personas y cerró durante una hora los comercios de Guadarrama. La primera manifestación contra la travesía de la N-VI, que soporta un tráfico diario de 10.000 vehículos (mil camiones), tuvo un lema: "¡No más camiones por Guadarrama!". Las estadísticas de la bajada de los Leones ponen los pelos de punta: 256 accidentes, 30 muertos y 206 heridos desde octubre de 1985 hasta agosto de 1995, según la policía local. El Ministerio de Fomento ha recuperado la idea de crear una variante para Guadarrama.

Los ciudadanos de Guadarrama rompieron su resignación ante el riesgo constante de accidentes que corre sobre el asfalto de la N-VI. Ayer gritaron al unísono: "¡Fuera los camiones del pueblo!". Cada uno de ellos tiene grabado en la memoria un accidente de tráfico. Quien tiene el recuerdo más fresco es José Luis, de 40 años.El jueves pasado, el hueco de un portal le salvó de morir aplastado por el camión que perdió los frenos y se empotró contra el edificio de la calle de Alfonso Senra. José Luis recuerda: "Oí el estruendo que hacía el camión al bajar sin frenos. Levanté la vista de los papeles del banco y vi aquel mastodonte metálico venir hacia mí. Salté, por instinto, al hueco del portal. Me quedé tumbado y toda la carga se me cayó encima. El peligro sigue allí. Le puede pasar a cualquiera". José Luis acabó con cuatro costillas y una vértebra rotas. Ahora debe afrontar un largo periodo de rehabilitación.

El alcalde de Guadarrama, José Ignacio Fernández Rubio, del PP, les dijo ayer a los manifestantes: "El año pasado [tras el accidente múltiple del 29 de agosto que acabó con la vida de dos hombres] tuve palabras muy duras contra el equipo de gobierno anterior. Pero, si no hay una solución pronto, me mostraré igual de duro con el actual Gobierno y le haré responsable de lo que ocurra en esta travesía".

La bajada del puerto de los Leones implica un riesgo, importante para los vehículos de carga. En los nueve kilómetros que separan el Alto de los Leones (punto kilométrico 57) del centro urbano de Guadarrama (kilómetro 48), los camiones afrontan pendientes de entre el 7% y el 13%, así como curvas con 180 grados. Estas dificultades de la carretera obligan a los conductores a pisar el pedal del freno continuamente para controlar el vehículo.

Asimismo, la sobrecarga de los camiones lleva al piloto a frenar en el descenso y al tomar las curvas cerradas. Es entonces cuando los frenos se calientan. El líquido que presiona las zapatas se gasifica por el calor y ya no las empuja contra el disco de la rueda. La tragedia surge en ese momento y se desliza por la N-VI hasta desembocar en el pueblo. El conductor no puede dominar su vehículo, que rueda cuesta abajo sin control a una velocidad aproximada de unos noventa kilómetros por hora. En ese instante, el piloto debe lanzar su vehículo a una de las tres pistas de frenado que hay en la bajada de los Leones, sólo a 2.000 metros de la entrada del pueblo.

Cinco opciones

El expediente para la construcción de una variante se abrió en 1984. Ya en ese año el informe inicial consideraba la travesía, de la N-VI por Guadarrama como "conflictiva".El anterior equipo de gobierno elaboró un proyecto con cinco posibles variantes. La primera consiste en la construcción de dos empalmes para desviar el tráfico de bajada de la N-VI a la A-6, y viceversa; el tráfico sube por la A-6 y se incorpora a la N-VI ya pasado el pueblo.

"Ésa es la opción más rápida y eficaz", según Antonio Espinar, técnico municipal de infraestructuras desde 1982. Otras tres opciones se basan en construir una carretera de circunvalación del casco urbano de Guadarrama, con tres salidas diferentes. La última variante de circunvalación parece totalmente descartada por su complejidad y gasto elevado.